La archidiócesis de Santiago anunció este lunes la apertura del concurso para adjudicar las obras de rehabilitación del santuario de Muxía, que sufrió un grave incendio las pasadas navidades. Una vez aprobado el pliego de condiciones económico-administrativas, la institución religiosa compostelana, que gestiona la reforma, abre un plazo de veinte días naturales para que la empresas interesadas puedan presentar sus ofertas para este templo dedicado a la Virxe da Barca, el más importante de la Costa da Morte. El presupuesto de ejecución será de 757.197,29 euros, incluido el IVA, y el plazo de los trabajos no podrá superar los seis meses.

Aquellas empresas interesas en concurrir al concurso puede recoger la documentación del proyecto y el pliego de condiciones en el registro de la sede del Arzobispado santiagués, en la plaza de la Inmaculada de la capital gallega, acreditando su condición, desde hoy en horario de 10.00 a 14.00 horas. Asimismo, las propuestas también tendrán que ser entregadas en este mismo lugar. Una vez que concluya el periodo establecido, la archidiócesis prevé que se procederá a la adjudicación en menos de tres semanas.

El proyecto de reconstrucción en el que habrán de basarse los interesados fue redactado por el estudio K2C Arquitectas, a quien la Consellería de Cultura confió el estudio in situ de la situación real del santuario, que perdió todo su patrimonio interior entre las llamas, al igual que la cubierta y la sacristía. La reconstrucción consiste, especialmente, en realizar dicho tejado, la limpieza y reparación de paramentos y revestimientos, recuperación de los forjados de la tribuna y de la propia sacristía, ejecución de nuevas carpinterías y otras actuaciones en el entorno y los bienes inmuebles que resultaron afectados por las llamas.

Por suerte, y a pesar de que la iglesia estuvo asediada por el fuego durante largas horas, las arquitectas Karme García y Carmen Rey explicaron recientemente en una entrevista con ABC que «la estructura no tiene daños profundos, sino que son superficiales: el humo, la ceniza... Pero realmente cuestiones profundas no hay. Son temas más bien de limpieza y estéticos que de resistencia estructural». En su estudio también viene recogida la adaptación de la instalación eléctrica y de cuestiones de seguridad como alarmas a la normativa actual, que «cada vez se hace más exigente».