Un discurso equilibrado
abel veiga
¿Qué función y qué fin ha y debe de tener un debate del estado de la autonomía? ¿Con qué perspectiva enfocarlo? ¿Qué se espera y qué se debe esperar de unos, el gobierno, de otros, la oposición, para que este debate, liturgia parlamentaria pero ... sobre todo democrática, sea útil, efectivo y eficiente? Personalmente creemos en el beneficio del debate, del discurso una vez al año, aunque no siempre sucede, de esta comparecencia y compromiso. La radiografía y el contraste más claro de la percepción de Galicia por nuestros políticos. A partir de esta línea, todo lo demás es, simplemente, discrepancia, o negro o blanco, no hay término medio. Así es como se acciona políticamente, no sólo en nuestra comunidad, sino en este ruedo ibérico, a menudo, yermo de ideas y profano de argumentos.
El presidente Feijóo ha desgranado un discurso equilibrado, bien trabado, completo. Una idea ha presidido el discurso, un eje, la coalición del pueblo gallego con su gobierno de modo que se ha corresponsabilizado para superar la crisis. La idea fue lanzada. Seguida de una aseveración rotunda, a saber, el pueblo gallego no es el responsable de la crisis. Escuchar a los gallegos para interpretar su mandato. Ha ido tocando todos los pilares, sectores, ámbitos. Uno tras otro. Ha esgrimido las dificultades, las adversidades, pero también ha interpelado a la solidaridad, una y otra vez, de este gran pueblo que es Galicia. Solidaridad en todos los sentidos, ámbitos y lugares. No ha rehusado cuestiones negativas. Ha anunciado más actuaciones. Que nadie espere grandes proyectos o grandes medidas de impacto. No es esta época para prometer panaceas inalcanzables, pero sí hechos, actos, acciones, gestión poco a poco que nos ayuden a afrontar y superar estos años de enorme dificultad. Ahí se enmarca la que ha sido destacada por todos medida de rebaja fiscal para las rentas más bajas, siendo Galicia región que las tiene además. Medio punto de rebaja para las rentas que estén por debajo de los 17.700 euros.
Esfuerzo, sacrificio, cooperación y solidaridad sonaron una y otra vez durante la más de hora y media que usó la palabra. Ahorro y esfuerzo como sinónimo de austeridad. Déficit, deuda, paro, solvencia, fueron soniquetes que miden los resultados de su política y acción de gobierno. Muy inferiores a las del resto de España. Pero hay mucho que hacer. Incluso cuestionar. Un límite, la referencia indudable e insondable a la Carta Magna. No hay espacio para las aventuras.
Algunos le tacharan de autocomplacencia, de triunfalismo, de vanidoso. El presidente sabe cuál es la realidad de la situación de Galicia. Lo sabe verdaderamente. Atajar problemas no tienen una vistosidad grandilocuente. A veces no se ve la gestión, o es silenciosa, como esa galeguidade serea a la que apeló. Mencionó varias empresas en serias dificultades de solvencia y viabilidad que fueron avaladas o acreditadas por la Xunta. Los esfuerzos en innovación, en internacionalización, verdadero oxígeno ahora mismo para miles de empresas gallegas que exportan lo que el consumo interno retrae. Y ofreció una mano al pacto, al diálogo, a la propuesta, a la vitalidad en suma del debate parlamentario.
¿Debe entonces un debate de autonomía, un discurso de su presidente, abordar ámbitos o extremos distintos a los que allí se vertieron? No es el canal para desgranar las grandes medidas ni las líneas de acción, para eso ya está el debate de investidura, ni para llegar al microdetalle, para ello ya existe la sesión parlamentaria y las intervenciones e interpelaciones. Sí para ofrecernos a los gallegos una visión de este año y de lo que va a hacer en el próximo. La renovación del contrato electoral y político. Por eso ha sido un discurso equilibrado. Lo que se está haciendo y lo que se va a hacer de inmediato y que se plasmará en unos días en los Presupuestos. Una radiografía viva, dinámica y creativa. Lo mismo que pidió a la sociedad gallega, dinamismo y creatividad. Ahora bien, como el ojo machadiano, no es ojo porque tú lo veas, sino porque el te ve. Y la oposición no ha visto así el discurso del presidente de la Xunta de Galicia. El guión continúa, claro está.
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