La nueva Lei do Solo no dejará a «ningún ayuntamiento» sin plan urbanístico

Bajo un último objetivo, el de «ordenar la casa», según manifestó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras su habitual reunión semanal con su equipo de Gobierno, el nuevo texto legal define un «marco común para los 314 concellos» de la Comunidad, dotándolos a todos ellos de planes generales de ordenación municipal (los conocidos PXOM) «con menos documentos y más accesibles».

Y es que se agilizarán los trámites tanto a la hora de valorar los informes urbanísticos (los seis meses actuales se convertirán en tres) como de cara a la aprobación del plan (se hará en una media de tres años frente a los seis de hoy en día).

Así lo trasladó el conselleiro de Medio Ambiente e Infraestructuras, Agustín Hernández, que junto a Feijóo desmenuzó pormenorizadamente una ley cuyo objetivo principal pasa por que todos los ayuntamientos gallegos tengan PXOM cuando termine esta legislatura. «Ningún concello sin planeamiento», remarcó.

En esa meta compartida, el Ejecutivo tenderá la mano a los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes, ofreciéndose él mismo a elaborar ese plan básico de desarrollo urbanístico. En concreto, 202 concellos se verán liberados de dicho planeamiento, si bien de entre ellos, «110 no poseeen ningun tipo de planificación urbana», indicó Feijóo.

Pero además, la nueva ley tratará de luchar contra el feísmo, pues «a través de catálogos de paisaje se fijarán los criterios de intergración y armonización», indicó Hernández. Es decir, se establecen una serie de cuestiones en cuanto a ornamentación e higiene más detalladas.

En cuanto al suelo rústico, la Xunta también se marca el objetivo de «potenciarlo» para así «frenar la dispersión rural» que, a ojos del presidente autonómico, se puede conseguir buscando ámbitos que generen riqueza (como las industrias agroalimentarias) al tiempo que se respeta el medio ambiente. Esto es, el suelo rústico pasa a entenderse como «productivo», especificó Hérnandez, que también aclaró que los usos del mismo no cambian, sino que lo que verdaderamente se modifica son el tipo de autorizaciones requeridas para su explotación.