El sector de la basura en La Coruña une fuerzas: «Estamos en guerra»

En este tiempo, el Ayuntamiento ha tenido que redoblar esfuerzos para evitar un impacto negativo en la ciudadanía y el turismo en plena temporada estival. Este lunes, el comité de empresa decidió reunirse con otros representantes sindicales del sector de la basura para recabar apoyos. Los consiguieron y avisaron: «Estamos en guerra. La lucha sigue con más fuerza que nunca» .

La planta de tratamientos que recibe los desperdicios de los vecinos de La Coruña está gestionada por la empresa Albada . Son sus empleados quienes decidieron el pasado 29 de julio paralizar su función para protestar por su situación laboral. No obstante, el servicio de recogida, en manos de Cespa , ha funcionado gracias a que efectivos policiales escoltaban los camiones para aminorar sabotajes —además de quemas de contenedores e incidentes que causaron algún herido— que se tendrán que pagar con dinero público.

Ha sido la manera con la que el Gobierno municipal de Carlos Negreira y la subdelegación del Gobierno en la ciudad han podido evitar el colapso de los contenedores en las calles, justo además en las fiestas de María Pita.

Posibles paros indefinidos

Pero ahora, los representantes sindicales de Cespa tanto en La Coruña como en su área metropolitana, los de la planta de Sogama y los del vertedero de Areosa, se suman a las movilizaciones tras una reunión mantenida este lunes como forma de apoyo a sus compañeros de Nostián. Habrá protestas en cada empresa y otras grupales.

Entre las medidas de presión, habrá además una jornada de completo paro en toda la cadena de funcionamiento de la basura. «No se descarta que sea de carácter indefinido», declaró el secretario confederal de organización de la CIG, Paulo Carril, tras una asamblea en la que participaron miembros de UGT y CC.OO. y de los comités.

«Todos somos Albada»

«Todos somos Albada. Todos nos vamos a movilizar en defensa de Albada», afirmó Carril, quien derivó toda la responsabilidad de este conflicto sobre la empresa, a la que acusa de «inmovilista» en la negociación y de «falsos» los argumentos que la dirección da para no atender a sus peticiones.

«Es completamente abusivo lo que pretende la empresa que es desmantelar el convenio, proponiendo una rebaja de salarios, un aumento de la jornada al pasar de 38,5 horas a 42 horas, lo que supondría suprimir 18 puestos», apuntó en rueda de prensa Carril.

Las cifras facilitadas por la empresa son menores y la versión muy diferente. Desde Albada aseguran a Efe que están dispuestos a negociar , pero que deben «reducir un 25% sus costes de explotación», lo que incluye gastos corrientes o los propios sueldos de los trabajadores, «incluidos directivos».