A bordo del barco de pasajeros más antiguo de Galicia

Un paseo en el Vieta es todo lo contrario a una de esas rutas en las que un altavoz repite leyendas y enumera monumentos de la comarca.

Un paseo en el Vieta es todo lo contrario a una de esas rutas en las que un altavoz repite leyendasLa nave —conocida en gallego como «patache» por su tipología— andaba sin un porvenir nada optimista hacia 2002 . Los propietarios pensaban en destruirla y ahí estuvieron Juancho y el resto, un grupo de entusiastas de la cultura marinera. Se empeñaron en recuperarlo y terminaron por conseguirlo. Lo primero fue constituirse como asociación. Detrás vino la donación y a partir de ahí más de un lustro de restauración con sus propias manos . Todo lo genuino de la embarcación se ha mantenido; solo se han añadido los elementos tecnológicos imprescindibles para adaptarlo a la normativa de seguridad. Se ha ampliado el puente de mando y se ha construido un gran camarote para desarrollar sus actividades.

—¿Y de quién era este barco?

—De Joaquín Vieta, que tenía dos fábricas de sardinas en Muros. De ahí su nombre en la actualidad.

Habla Juancho, casaca bretona y boina. Gestor admistrativo retirado y hoy capitán del balandro. 18 metros de eslora y cinco de manga. «En los últimos años funcionó como barco auxiliar en las bateas», explica y señala la isla de A Creba que el Vieta bordea en este instante. «Está documentado que estuvo ocupada por piratas moriscos durante seis meses —recuerda al abrir el libro de la memoria amena—. Hay una capilla de la Virgen del Carmen y los marineros se santiaguaban al pasar por delante. Consideraban que ese punto era ya mar abierto».

Cultura a bocados

Es Juancho de la anécdota a la sustancia, que comenta el prestigio que tuvieron los carpinteros de Ribeira y la calidad de la madera de las laderas de la ría, cuya generosidad en moluscos alaba agradecido. Juancho con humor y cultura, que enumera los apellidos de los empresarios catalanes que en tiempos se instalaron en esta zona;que sabe que «desde el sur de Inglaterra con buen viento te plantas aquí en cuatro días»; que recuerda que los barcos llegaban desde Flandes o Venecia a Noia —puerto del arzobispado de Santiago— cargados de mercanía para los comerciantes y a veces de peregrinos prestos a iniciar el Camino.

Es Juancho dentro de la iniciativa «Come o mar» con el que se intenta poner en valor la costa gallega al unir turismo patrimonial con gastronomía. Porque en el Vieta también se come. De eso encarga Carlos Núñez, como el gaitero, pero entre fogones. Hoy enseña cómo se preparan una sardinas marinadas en 20 segundos o un pulpo a la plancha, «más rico cuando se ha pescado en los meses con erre».

No hay dos paseos iguales en este balandro. Todo comienza en joaquinvieta.com, con propuestas y tarifas diversas, siempre con el Vieta como eje, que suelen arrancar en O Freixo:una mañana para observar de cerca el marisqueo de berberecho en la playa de Esteiro, una jornada de buceo con monitor, una degustación o un ascenso a la central del Tambre. Y Juancho.