Carlos Negreira: «Si a La Coruña le va bien, le irá igual de bien a toda Galicia»

—¿Qué ha ganado La Coruña con Carlos Negreira al mando?

—Este es un gobierno que vive como los ciudadanos y sabe ponderar cada euro que gasta. Que está más cerca de las personas, de los más débiles. Y que ha vuelto a colocar toda la fuerza que tiene La Coruña en primer plano. Hoy Coruña está más presente en todos los ámbitos gallegos, nacionales e internacionales y es la ciudad que invierte el doble que cualquier ciudad de Galicia en presupuestos sociales. Además hemos generado un espacio para las ideas para anticiparnos al futuro.

—¿Política de ahorro que será igual a sacrificios ciudadanos?

—No. Esa política no se ha traducido en más impuestos, congelados desde hace dos años. Se ha consumado apretándonos el cinturón, reduciendo gastos superfluos: desde canapés a coches oficiales. Este gobierno le cuesta en asesores y salarios un millón de euros menos a los coruñeses que el anterior.

—¿Es sostenible el liderazgo de La Coruña en el tiempo o circunstancial?

—Trabajamos en tres frentes importantes: cuidar el pasado, patrimonial y culturalmente; gestionar el presente; y el futuro, que es fundamental. Esta es una ciudad con proyecto. La gran diferenciación de las ciudades se hará entre las que tienen proyecto y las que están enredadas en el día a día, y no lo tienen.

—Describamos el presente.

—Gracias, entre otras cuestiones, al impulso de la ministra Ana Pastor esta ciudad ha dado un gran paso en sus infraestructuras marítimas, aéreas y terrestres. La Tercera Ronda ha pasado de 10 millones de euros invertidos en 8 años de gobierno socialista, a 55 en dos de Rajoy. El Puerto exterior ha logrado la financiación; y se han hecho equipamientos en el Castrillón o el Parque de Conchiñas; zonas verdes que estaban sin hacer; equipamientos deportivos, nuevas escuelas infantiles... Y hemos despachado el urbanismo terriblemente judicializado que habíamos heredado.

—Desaparecen empresas y parece apostarse todo al monocultivo de Inditex.

—Existe un tejido empresarial más desconocido que da empleo, por ejemplo, a más de 5.000 personas en 70 compañías de nuevas tecnologías. El brazo industrial que llega a Carballo y a Cerceda es el mayor eje industrial que tiene hoy Galicia. La Coruña y su área metropolitana ya suponen más del 42 del PIB de la economía gallega mientras que el área de Vigo ha perdido 10 puntos respecto al PIB en estos años. Lo que me gustaría es que Galicia en conjunto vaya muy bien. Y sigue cumpliéndose la máxima de que si a La Coruña le va bien, a Galicia le irá igual de bien. La Coruña necesita acentuar sus fortalezas... Claro que Inditex es una referencia mundial, y es evidente su efecto multiplicador. Hemos perdido empresas, pero se está ganando en otros sectores...

—... Y se ha perdido el pulmón financiero antes con sede en La Coruña.

—Ha sido otro golpe. Pero estamos trabajando para reconstituirlo, porque es evidente que este es el sitio idóneo, por todas las empresas que hay y su peso en la economía gallega y española.

—¿Qué puede o quiere hacer este ayuntamiento por el Deportivo?

—Colaborar en lo que se le proponga, porque es lo que quieren todos los coruñeses que hagamos.

—Económicamente, el club va a necesitar más que buenas intenciones.

—Indudablemente, pero su patrimonio fundamental es una afición que llena el estadio pase lo que pase. Con toda una ciudad de esta categoría e importancia económica detrás, el Deportivo tiene capacidad para salir, y va a salir. No le quepa ninguna duda.

—El desarrollo de «Coruña Futura» va a depender de más alcaldías, ¿cómo cree que evolucionará?

—Este proyecto está anclado en los ciudadanos y en las entidades sociales. Partió de un foro donde están representadas más de 188 entidades. Organizaciones que dicen qué es lo que piensan de La Coruña, cómo está, y cómo quieren la ciudad del futuro. Tras un contrastado diagnóstico técnico, los ciudadanos han vuelto a opinar. De nueve proyectos para trabajar por el empleo y por la economía, tenemos ahora que priorizar. De los nueve hacer tres o cuatro, porque las energías son limitadas en todos los sentidos, pero también para no dar pasos en falso en los otros objetivos. Esto su continuidad, porque no es un proyecto de un alcalde o de una corporación. Es un proyecto con raíz en la sociedad.

—Del que desconocemos su coste...

—«Coruña Futura», en su total ejecución, cuesta menos que los 800.000 euros que hasta nuestra llegada se desembolsaba cada año en seguros privados en este Ayuntamiento, para determinadas personas, y «Coruña Futura» es para todos los coruñeses.

—En ese futuro está el puerto exterior, ¿salen las cuentas?

—Cada euro invertido en La Coruña tiene efecto multiplicador para la economía gallega. El puerto exterior tiene suelo industrial y planificación. Se está comercializando antes de acabar. La UE dice que es el puerto de referencia nodal. Multinacionales como Pemex han dicho: «Yo quiero estar en ese puerto». Repsol ha hecho lo propio. Los hechos son tozudos: es una gran oportunidad.

—¿Es competencia de un alcalde ocuparse del aeropuerto de su ciudad?

—Está muy unido a políticas importantes de una ciudad. La política turística necesita un aeropuerto con servicios, destinos y, desde luego, que tenga unos costes asequibles para volar a esta ciudad para, por ejemplo, tener un turismo de congresos fuerte. Hemos consolidado la segunda posición turística en Galicia. Un buen aeropuerto para los negocios para el núcleo empresarial de La Coruña, es fundamental. Tal y como ahora están las compañías y las ofertas, hoy se puede volar desde Alvedro a mil destinos. Somos el aeropuerto de Galicia con más conexiones con Madrid, y llegan prácticamente llenos. Las actuales conexiones son vitales para el pilar de negocios. Turísticamente, el acuerdo con Globalia va a dar una dimensión histórica a esta ciudad.

—¿Cuál es su modelo de convivencia de los tres aeropuertos?

—Tener tres infraestructuras se está enfocando como un problema, y es una gran oportunidad. Lo importante son los ciudadanos y el servicio que se le preste. Desde una perspectiva de planificación, es a quien se debe atender. Estamos dispuestos a colaborar, pero bajo estas premisas. Nunca me oirá pedir el cierre de otros.

—«Darle la espalda al pasado es condenarse a no tener futuro», ha dicho. ¿Retirar los honores a José Luis Méndez no es una forma de hacerlo?

—Me hubiera gustado no tener que retirar honor alguno concedido por este Ayuntamiento. Pero esto también nos debería llevar a pensar en cómo los concedemos. Ha sido una decisión difícil, pero tomada desde la convicción de que lo que se valoró en su día para esos honores se había incumplido.

—Moreda y Barcón comparten ahora dependencias con los preferentistas en las dependencias socialistas.

—Hacia los preferentistas tengo un respeto inamovible y lejos de politizaciones. Están en una situación muy complicada, se les ha vendido un producto que no estaba pensado para ellos. Así que no seré yo quien lance una piedra contra ellos. Hemos hecho, y seguiremos haciendo, todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles, lo demás no tiene relevancia.

—El centro de la ciudad empieza a cerrar puertas ahogado por la llegada de grandes superficies ¿qué hará?

—Es que se han autorizado grandes superficies sin estudios rigurosos. El pequeño comercio genera más empleo y da otra calidad de vida en las ciudades y sus calles. Con este gobierno no autorizarán nuevas grandes superficies. Estableceremos las condiciones para que se compita en condiciones de igualdad. La actuación urbana como en El Parrote, La Marina, la calle San Andrés y otras calles junto a dotación de aparcamientos son la vía. También nos estamos convirtiendo en referente de todo tipo de eventos deportivos, culturales, fiestas... lo que favorece las oportunidades para que venga gente, compre en el pequeño comercio, gasten en hostelería y se hospeden en hoteles. De hecho Coruña es una ciudad que crece en pernoctaciones.

—¿Cree usted que los coruñeses querrán que siga siendo su alcalde después de 2015?

—No he reflexionado sobre esa cuestión. Pero los ciudadanos son muy inteligentes y sabrán lo que hacer después de cuatro años. Yo trabajo para que la respuesta sea «sí», pero a ellos corresponde esa respuesta.