Adiós a los cines de Pontevedra
Los empleados recogen el material de las salas que ocupará los cines de Narón
l. rey
La plantilla de empleados de Cinebox Vialia de Pontevedra ya no vende entradas para los estrenos de la semana, ni recoloca a los clientes en los asientos correspondientes. Desde ayer descuelgan proyectores, desatornillan altavoces, limpian butacas y pasillos... También empaquetan recuerdos. En definitiva, en ... la ciudad del Lérez se apagan las luces de la gran pantalla.
Primero, Ábaco Cinebox, la empresa que explotaba estas ocho salas, les notificaba que un juicio por desahucio promovido por Adif —la empresa adeuda 1,3 millones de euros a la entidad dependiente del Ministerio de Fomento— decidiría el futuro de los cines pontevedreses. Solo les salvaría que otra compañía tomase el relevo de Ábaco. Pero hasta el momento esa solución no ha llegado y el equipamiento de estas salas viajará hasta Narón para formar parte de los cines de esta localidad coruñesa.
«No nos gustaba esa solución, pero era la menos mala»Luego llegaron las reacciones de la plantilla. Con una afluencia media de 2.000 espectadores por semana, los cines de Pontevedra parecían ser «económicamente viables», según declaró Esther Moure, portavoz de los trabajadores. Extremo que contradecía la empresa alegando que los beneficios que se generaban de la venta de entradas no eran suficientes para costear el alquiler de las instalaciones y los salarios de los empleados.
En stand by
En un acuerdo firmado con la empresa, los 15 trabajadores de la plantilla de Ábaco aceptaron acogerse, desde el próximo 15 de junio —día en que cerrarán definitivamente las salas— hasta el próximo 15 de diciembre, a un ERE temporal a la espera de que llegue el ansiado relevo de la compañía.
«Lloramos, reímos, pataleamos... y recogemos»«Estamos en stand by », sostiene Rocío, trabajadora de Cinebox Vialia. «Cerramos los ojos y tiramos para delante. Tampoco nos gusta esta solución, pero es la menos mala», prosigue la empleada. Entre compañeros, los ánimos están por los suelos desde hace dos meses, cuando tuvieron que empezar a asimilar que el final estaba cada día más cerca . Un desenlace que algunos se negaban a aceptar, pero otros afrontaban en paralelo a la realidad. «Yo tenía tan interiorizado que esto iba a llegar que estos días no me resultan tan duros como a otros compañeros. Hay momentos para todo. Gritamos, lloramos, reímos, pataleamos... y recogemos», afirma la joven empleada.
La última película que se proyectó en los monitores del Cinebox Vialia fue «Resacón en las Vegas 3», el pasado domingo. «Esa resaca es la que necesitamos nosotros», ironiza Rocío, suavizando el asunto y poniéndole un toque de humor al ambiente, enrarecido en los últimos días.
El próximo sábado, las ocho salas de cine de la ciudad del Lérez echarán el cierre definitivo.
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