SOCIEDAD
El drama del verano: la afluencia de niños a comedores sociales se triplica en junio
El final de las becas con motivo del horario escolar obliga a los padres a alimentar a sus hijos en entidades benéficas
alberto caparrós
María tiene 36 años, está separada y no tiene trabajo. Vive de un subsidio que se le terminará en tres meses. Ayer, sus dos hijos se encontraban entre los 172 niños que acudieron a almorzar a los dos comedores sociales que gestiona Casa Caridad Valencia. ... La entidad benéfica ha detectado un repunte en la asistencia de menores a sus instalaciones desde que este lunes dejaron de estar en vigor las becas que concede la Generalitat para financiar los gastos del comedor escolar. Una ayuda que se prolonga entre octubre y mayo, y que beneficia a más de 83.000 alumnos.
De hecho, respecto a un día normal del curso (en el que los dos comedores habilitados por Casa Caridad registran entre sesenta y setenta usuarios de media), la llegada del mes de junio triplica el número de niños que requieren asistencia de la asociación caritativa hasta rozar los 180 usuarios.
Fuentes de la entidad explicaron ayer a este periódico que el fenómeno se viene repitiendo en periodos en los que no hay clases –como Fallas, Semana Santa y verano– desde hace varios años, por lo que ya habían preparado las instalaciones para atender la elevada demanda. El último precente se produjo el Jueves Santo. Ese día acudieron a comer 160 niños. La víspera no llegaban a sesenta.
Durante el mes de junio, con el horario escolar de verano , los colegios públicos mantienen abiertos sus comedores, pero el coste por alumno no está subvencionado por la Generalitat ya que no hay clases por las tardes.
Así, el número de niños que se quedan en junio a comer en los colegios (el coste medio del menú en un centro público durante este mes se sitúa en el entorno de los 5,35 euros entre el menú y los monitores) cae en picado respecto al resto del año.
El origen de todo ello se encuentra en que la población en riesgo de pobreza en la Comunidad Valenciana ha alcanzado el 23,6% de los habitantes, unos tres puntos superior a la media nacional, que se sitúa en el 20,4%, según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este dato explica el aumento de familias que recurren a los comedores sociales con sus hijos. De hecho, para que se pueda servir comida a los menores resulta imprescindible que acudan acompañados de sus padres o tutores legales.
Casa Caridad Valencia ha habilitado dos de sus centros (en la calle Sanra Cruz de Tenerife de la capital y en Paterna) para que acudan las familias necesitadas. Las instalaciones situadas en la avenida de la Pechina se han reservado para otros perfiles de usuarios y, en la medida de lo posible, se opta por derivar a los menores a otros centros.
El lunes, el comedor que gestiona la entidad gracias a un convenio con el Ayuntamiento de Paterna registró una afluencia de 199 personas (entre mayores de edad y niños), pese a que la previsión máxima que estipula el contrato se sitúa en 120 usuarios.
Según un estudio de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), algo más de un millón de valencianos vive por debajo del umbral de la pobreza. Cerca de un tercio corresponde a personas afectadas por la crisis que antes estaban encuadradas en el segmento clasificado como «clase media».
Perfil de la familia en apuros
De acuerdo con fuentes de Casa Caridad, el perfil medio de las familias que acuden en periodos no lectivos o durante los meses en los que los comedores escolares no están subvencionados responde al de extranjeros sin recursos económicos .
Casa Caridad sirve menús especiales para los bebés que acuden a sus comedores, mientras que para los niños de más de tres años se sirve una ensalada; un primer plato que incluye arroz, legumbres o pasta; un segundo plato a base de carne o pescado; y de postre, una pieza de fruta y un lácteo.
La única comida del día
Para muchos niños, se trata de la única comida completa del día ante la ausencia de recursos económicos de sus padres. De hecho, según los datos del INE, el 19,9% de los hogares valencianos tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes, mientras que el 11,6% tiene retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal.
Además, el 41,6% de los hogares no tiene capacidad económica para afrontar gastos imprevistos y el 50,8% no puede permitirse una escapada en vacaciones, ni siquiera una semana al año.
Ayudas extraordinarias
Ante el problema que supone el fin de la vigencia de las becas escolares, decenas de ayuntamientos han aportado recursos propios para mantener abiertos los comedores de los centros públicos durante los meses de verano.
En la misma línea, la Conselleria de Bienestar Social ha habilitado una línea específica dotada con cerca de un millón de euros para subvencionar comedores los meses de julio y agosto para niños con riesgo de exclusión.
El drama del verano: la afluencia de niños a comedores sociales se triplica en junio
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete