Arte degenerado

Aunque la globalización había conseguido que uno pudiera comprarse prácticamente la misma ropa en Valencia que en Hong Kong , aun había cosas, además de los bienes inmuebles, que uno solo podía encontrar en un reducido número de ciudades y Nueva York era una de ellas. La capital de los rascacielos siempre había destacado por organizar las que posiblemente pudieran considerarse como las mejores exposiciones de arte del mundo y el próximo jueves se inauguraba una de esas por las que valía la pena coger un avión y cruzar el «charco».

Los nazis mantuvieron desde su llegada al poder una actitud totalmente hostil hacia el arte moderno que culminaría en la exposición denominada «Arte degenerado» que organizaron en Munich en 1937. Esta muestra tuvo el objetivo de ridiculizar a una serie de artistas considerados los enemigos del régimen, para lo que reunió un total de 567 obras de 112 artistas tan prestigiosos actualmente como Wassily Kandinsky, Paul Klee, Otto Dix, Max Beckmann, Ernst Ludwig Kirchner o Marc Chagall . De estos 112 artistas, sólo seis eran judíos. La exposición contó con la asistencia de dos millones de visitantes en tan sólo cuatro meses, por lo que las autoridades nazis decidieron que viajara durante tres años por diversas ciudades de Alemania y Austria, donde fue vista por un millón más de personas.

El propio Hitler llegó a afirmar que la obra de estos artistas «parecía la obra chapucera de un niño sin talento de ocho o nueve años». La prestigiosa historiadora Stephanie Barron organizó una magnífica exposición en 1991 en el Museo de Los Ángeles en la que reproducía parte de esta exposición organizada por los nazis. Ahora era la Neue Gallerie de Nueva York (una pequeña joya conocida por sus obras de Klimt y Schiele ) la que asumía el reto de volver a reunir algunas de estas piezas en una ocasión única para ver unas obras dispersas por museos de todo el mundo y para profundizar en uno de los episodios más lamentables de la Historia del Arte.