ISG y Red Bull se suman a la puja por comprar el Valencia Club de Fútbol

Entre los que más sonaron y ya no aparecen se encuentra la empresa estadounidense Global Emerging Markets y tampoco el fondo de capital británico HIG unido al grupo inmobiliario Pluis Group ha vuelto a dar señales de vida. Peter Lim, quien llegó de la mano del presidente del Valencia, Amadeo Salvo e incluso se presentó al jefe del Consell, Alberto Fabra, está en el grupo de «desaparecidos».

La pregunta es obvia: ¿Quién queda en la puja? Según ha confirmado ABC, a día de hoy, mantienen su interés por el Valencia CF cinco grupos diferentes.

El fondo de capital riesgo norteamericano Texas Pacific Group (TPG) siempre ha sido el «favorito» para el banco por las condiciones de pago y la reducida quita sobre la deuda que mantiene el club con Bankia (se habla de pagar 260 millones de euros por los créditos) y destinaría otros 140 a acabar el nuevo estadio donde iría de la mano de un socio experto en la explotación de estos recintos.

Ahí suena con fuerza la multinacional Arena, aunque ésta también ha sido contactada por otros proyectos. La cara valenciana del proyecto podría ser el empresario Enrique Lucas.

Una empresa con sede social en Londres y con capital árabe -todo apunta al fondo soberano de Arabia Saudí- está también entre los que aguantan las idas y venidas del proceso.

En este proyecto está involucrada gente del grupo «Sempre València» y donde Amedeo Carboni se perfila como la cara reconocible por el valencianismo. La oferta global podría ser más importante aún que la de TPG -llegaría hasta los 450 millones de euros-.

En tercer lugar aparece un fondo ruso con activos basados en la actividad gasística. Ha sido ofrecido por el promotor urbanístico Mijail Boskov, radicado en Altea, a socios locales que estuvieron involucrados en el proyecto Newcoval que lideraba el expresidente del Valencia, Manuel Llorente. Es el que más verde está en cuanto al diseño global y su inversión total superaría los 400 millones de euros.

En las últimas dos semanas se han sumado nuevas opciones que enriquecen el proceso. Se trata de la empresa International Stadia Group (ISG). Esta firma ya ha cerrado un acuerdo con el Atlético de Madrid, en asociación con Centerplate, para gestionar y explotar el nuevo estadio de La Peineta. También está involucrada en el estudio de la remodelación del Camp Nou.

El responsable de esta compañía, Andrew Hampel, considera que es el «momento de invertir en España» y el nuevo estadio del Valencia es una buena oportunidad de negocio. Obtendrían zonas Vip y la explotación terciaria de unos 35.000 metros cuadrados. La operación financiera está avalada por el Deutsche Bank y la cara local sería Alfonso Rus.

Red Bull ha sido cronológicamente el último en incorporarse y el más sorprendente -puede ser la multinacional a la que aludía Salvo-. Posee equipos de fútbol en cinco ciudades Salzburgo, Leipzig, Nueva York, Campinas y Sogakope. Podría comprar las acciones a través una compañía interpuesta para evitar conflictos con sus otros equipos. Arena sería su socio para el estadio, como sucede en Nueva York.

Todas las ofertas garantizan el pago de los 90 millones de euros de deuda de la Fundación y ofertan con una quita «razonable» sobre la deuda de 230 millones del Valencia CF, así como aseguran finalizar el estadio y un plan de explotación comercial y ambicioso proyecto deportivo. Ahora, resta esperar y ver cuántos concretan su interés que podría, incluso, derivar en alianzas temporales.