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la guerra por mi cuenta

Las cuentas de la lechera

carlos flores

ENTRE los niños de hoy me temo que Esopo ha dejado de estar de moda, pero a los que peinamos canas la historia nos sonará más que conocida. Me refiero, naturalmente, a la de aquella muchacha que sin tener más patrimonio que un simple cántaro ... de leche recién ordeñada sobre su cabeza, se puso camino de casa a calcular cuánta mantequilla podría sacar de ella, luego cuántos polluelos podría comprar con el producto de la mantequilla, a continuación cuánto dinero le proporcionaría a la vuelta del verano la venta de las gallinas, y por fin cuán envidiosas estarían las demás chicas del pueblo, y cuán fascinado el atractivo hijo del molinero, al verla luciendo el fastuoso vestido verde con lazos que pensaba comprarse con aquellos ahorrillos… sin reparar que el frágil equilibrio del cántaro sobre su cabeza podía quebrarse con un simple traspiés, y con él acabar también rodando por tierra todas sus ambiciones.

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