els quatre cantos
Prostitución en la huerta de Castellón
Cada vez más explotaciones agrarias abandonadas se convierten en verdaderos «night clubs» a la intemperie
Prostitución en la huerta de Castellón
En pleno Camino Caminás, en el cruce con el Camino Villamargo, en ‘el terme de Castelló’, entre naranjos y junto a la Ermita de Sant Josep, declarada como Bien de Relevancia Local por parte del Ayuntamiento de Castellón, el espectáculo es grotesco . A ... menos de 500 metros de la flamante Comisaría de la Policía Nacional, ubicada junto a la Ronda Este y próxima al Palau de la Festa donde los sábados se celebran los actos de proclamación de las reinas y madrinas de las Fiestas de la Magdalena, en una zona donde centenares de castellonenses practican deporte o pasean -de ahí que se le conozca al lugar como la Ruta del Colesterol-, las prostitutas se ofrecen a gritos a todo aquel que ose circular y no sólo eso sino que después de los servicios prestados los restos permanecen en las fincas privadas donde sus propietarios, mayores en su gran parte, carecen de la mínima seguridad para protestar ante la suciedad generada y la invasión de la propiedad privada.
El Ayuntamiento de Castellón es conocedor de la concentración de prostitutas en la zona. De día y de noche, cada una de ellas tiene su puesto asignado, con silla incluida y hoguera a modo de brasero cuando el frío acecha y el sol se marcha. El municipio tiene una ordenanza de convivencia ciudadana aprobada a finales de 2008 en la cual literalmente se cita: ‘Será sancionable la promoción, favorecimiento, contratación o prestación de servicios de naturaleza sexual en espacios públicos a cambio de contraprestación económica, siempre y cuando altere la tranquilidad y/o seguridad ciudadana, ya sea por la perturbación que imposibilite o dificulte el tránsito de peatones y/o vehículos o por la producción de molestias’.
Desde octubre de 2013, hay un escrito dirigido al Ayuntamiento para alertar de los riesgos de salud pública por la gran cantidad de preservativos y suciedad en huertos que en algunos casos sus propietarios reciben subvenciones por practicar la producción integrada evitando toxicidades. El consistorio no ha respondido pese a que trata de reactivar la maltrecha agricultura local a través de iniciativas como el conocido ‘Mercat de la Taranja’ que se celebra los domingos en céntricas plazas de la capital de La Plana o los famosos gajos de mandarina para celebrar la Nochevieja.
Lo cierto es que son cada vez más las explotaciones agrarias abandonadas , convertidas en algunos casos, en verdaderos ‘night clubs’ a la intemperie. Diversos municipios de España están poniendo coto a la prostitución, una actividad alegal en nuestro país, que no está prohibida ni regulada. Cataluña ha optado por multar a prostitutas y clientes en sus carreteras. Madrid sanciona a quien solicite servicios sexuales en la vía pública, al igual, por ejemplo, que Valencia desde el pasado año.
Castellón, de momento, parece convertir la huerta de Castellón en un gueto para prostitutas de todos los colores y nacionalidades, por lo que ha llegado el momento de adoptar medidas para erradicar un espectáculo grotesco e indigno para las propias prostitutas pese a que está lejano del corazón de la ciudad, viviendas y de los colegios, eso sí, entre naranjos que mueren abandonados entre felaciones y coitos.
Considero que tanto el Ayuntamiento de Castellón como aquellas administraciones con competencias en materia de seguridad deben solucionar este problema de seguridad e higiene no visible para la mayoría de los ciudadanos, al menos, insisto, pero sí para el que tenga bemoles para darse un paseíto o, simplemente, echar un vistazo a su parcela.
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