DEPORTE FEMENINO
Metamorfosis de la atleta
Ana Torrijos explota la velocidad de sus raíces en el atletismo para emerger en el rugby siete y el proyecto olímpico
Metamorfosis de la atleta
Tan difícil puede ser medir el umbral del dolor como la cantidad de energía que tiene un deportista. Ana Torrijos (Valencia, 3/1/1987) poco a poco escapa de lo primero, de la sombra alargada de las lesiones, que atrapó a la atleta del «Valencia ... Terra i Mar» en 2011, pero a la que siempre ha replicado con buena cara, a fuerza de explotar al máximo lo segundo. Pura dinamita al servicio del deporte. Y la vía de escape la encuentra en una especie de metamorfosis de atleta a jugadora de rugby, donde por el momento puede, después de mucho sufrimiento, sacar hacia fuera su potencia.
Ana no se preocupa de los porqués. No se tensa con una lista de pros y contras entre atletismo, que es su pasión, y el rugby 7, que es un descubrimiento, que le ha llevado a volver a disfrutar. Su larga lesión, de la que va saliendo poco a poco, le ha hecho ver las cosas de otra forma. «Quiero disfrutar con el deporte sea una u otra disciplina. No quiero presionarme con atletismo, ni con el rugby. Si tiene que venir algo grande en el deporte sea con el rugby o el atletismo, bienvenido sea. Soy competitiva. Tengo la cabeza fuerte. Pienso que no se puede acabar mi vida deportiva con este capítulo de lesiones», explica rotunda.
¿Cómo una atleta, velocista de referencia, con un récord de España en 4x100, pese a su compleja y duradera lesión en el gemelo, se enrola en el rugby? «Lo vi como una forma de empezar la pretemporada de atletismo de forma diferente y quizá de alejarme de las pistas y de refrescarme. Valoré el rugby porque se trabaja en césped y se reducen los impactos» sostiene la pupila de Rafa Blanquer.
Torrijos comenzó a entrenar en la modalidad olímpica de rugby 7 en categoría femenina. Las dimensiones del campo son las mismas que en los partidos de 15 contra 15. El tiempo es menor. Pero los espacios son mayores y ahí se abre un mundo de posibilidades para una velocista.
«Un día, jugando partidos me di cuenta que por mi capacidad física tenía posibilidades. El entrenador, Marc Boix, me dijo que tenía potencial. Y luego vi que puedo ensayar, que puedo placar, que juego con el equipo de la Universidad Politécnica y que me llama la selección valenciana -el sábado 19 de octubre se proclamó con el combinado autonómico subcampeona de España-. Y veo que tengo el nivel de las que llevan tiempo. Incluso superior en lo físico», mantiene.
Poco más de un mes lleva en el rugby. Pero parece que impresiona. Al menos así fue con el seleccionador nacional de rugby 7. Finalizado el campeonato de España, se acercó a ella y le explicó que le iba a convocar. De hecho, entró en la lista para la concentración de la selección para el proyecto olímpico.
«Es una oportunidad que puede o no volver a repetirse y tengo que aprovecharla al máximo», concreta Torrijos. Considera que «la decisión de seleccionarme viene porque parece que quieren enriquecer el grupo con deportistas de otras disciplinas, especialmente velocistas. Si aprovechó mi velocidad punta y mejoro en el juego en sí puede ser el inicio de algo muy bueno».
¿Ha dejado Ana Torrijos el atletismo? En absoluto. La lesión del gemelo, para la que no tiene fecha de alta definitiva, ha progresado mucho de la mano del doctor Tomás Fernández en la Cemtro de Madrid. Lo que sí sabe es que le impedirá volver a su especialidad en vallas.
«Cuando esté lista empezaré a trabajar en pista. Por el momento entreno con Rafa la parte de gimnasio y pesas. Y por ahora lo puedo compaginar todo. Ya se verá dentro de un mes o dos. Pienso en el día a día», explica.
Disfrutar con el deporte
Anecdótico fue el momento de explicar a Blanquer esta «metamorfosis». «Se quedó con la boca abierta y como tres o cuatro segundos en reaccionar. Fue un poco como ‘qué me estás contando’. Se lo expliqué. Se lo tomó bien y me animó a seguir preparando la temporada de atletismo y en ver cuándo podía estar recuperada y empezar en pista», cuenta.
Para Río 2016 quedan poco menos de tres años. Si se recupera para el atletismo, Ana podría tener dos caminos para llegar. Hoy es cauta y refuerza la idea de disfrutar del deporte. «Prefiero no presionarme, no pensarlo. Sí quiero estar en la Olimpiada. Ahora mismo me da igual con uno u otro deporte. Me he dado cuenta con las lesiones de que hay que pensar a corto plazo, en que las condiciones de tu cuerpo te ayuden», asegura la valenciana, que está en un extraño proceso de relevo entre el atletismo y el rugby.
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