DEPORTe femenino
De las canastas a las aulas
Marina Ferragut, la baloncestista que más veces defendió la camiseta de la Selección española tanto en categoría masculina como femenina, pasa ahora como una alumna más por la Facultat para ser maestra de infantil

Camina tranquila por el campus de la Universidad de Valencia. Ahora es una persona anónima. Una más en la Facultat de Magisterio . Bolso al hombro, trufado de libros y apuntes, con la mayor de las ilusiones por adaptarse a su nueva vida y alcanzar sus ensoñados objetivos, Marina Ferragut Castillo (Barcelona, 11/2/1972) recupera la disciplina de un pasado nada lejano repleto de éxitos para afrontar los exámenes de segundo curso que están a la vuelta de la esquina. Pero sobre todo para adaptarse rápido en la salida de «la burbuja deportiva» y encontrarse con una nueva vida en la que «te abren la puerta y descubres un mundo nuevo» .
Para sus compañeros es una alumna más de clase. Solo unos pocos, conocedores del mundo del baloncesto, saben que Marina Ferragut fue durante más de veinte años una de las jugadoras españolas de baloncesto más importantes de la historia , siendo pieza clave de los éxitos del desaparecido Ciudad Ros Casares Valencia. Que participó en tres veranos consecutivos con las New York Liberty de la WNBA . Que jugó con la selección española Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos . Que en las citas continentales ganó una medalla de oro y tres de bronce . Que se enfundó la camiseta de la Selección 253 veces , siendo la persona jugadora de baloncesto entre las categorías masculina y femenina que más veces defendió la camiseta nacional. Totalmente arraigada a Valencia, se retiró en 2011 y decidió retomar sus estudios. Su sueño: impartir clases de infantil o tener una guardería .
Con Marina se cumple aquello de que «nunca es tarde». En sus primeros años en el baloncesto llegó a completar COU y hacer la Selectividad. Pero luego ya se complicó por ese momento de compaginar la vida deportiva y la académica . Retirada de las pistas decidió regresar, pues «el deporte me ha aportado muchas cosas en mi vida, pero no te abre puertas en muchas cosas. Tenía y tengo muy claro que debía ponerme a currar como el que más ».
Afincada en Valencia tras siete años en el Ros Casares se sacó un Máster en Administración y Gestión de Empresas Deportivas . Luego se matriculó en Magisterio. «El sueño de toda mi vida ha sido tener una guardería. Justo dejé de jugar y dije: me lanzo. Empecé todos los papeleos. Al principio con alguna duda. Pero ahora que ya llevo dos cursos, pienso que es lo mejor que he hecho ».
No son los mismos tiempos. Compañeros casi veinte años más jóvenes que toman sus apuntes con portátiles. Marina se desenvuelve mejor, de momento, con el antiguo método. En todo caso, se presenta disciplinada, ordenada y con el trabajo diario sin falta. «Al principio me costó un poco adaptarme a la metodología de estudio. Veía que me costaba resumir, coger apuntes, hacer un simple comentario de texto. Pero poco a poco me he acostumbrado», explica en una charla con ABC.
Alienta a la formación
La exjugadora echa la vista atrás y analiza su narración de vida en perspectiva y hace una reflexión que traslada como consejo a los deportistas de elite : «Ahora sí pienso que podía haber seguido mis estudios aunque los hubiese realizado en más tiempo. Creo que hay un momento en que los deportistas nos escudamos en que estamos y necesitamos estar mucho para con nuestra vida deportiva y dejamos de hacer muchas cosas que quizás sí se pueden hacer».
Profundiza Marina en la idea de la burbuja del deportista de elite -esto depende de qué deportes se hable y sobre todo si es categoría masculina o femenina-. «He tenido la suerte de vivir una época de muchos éxitos del baloncesto femenino español, de buenos salarios,... pero nunca se ha podido comparar con los chicos. Estamos a años luz », puntualiza.
Significa respecto a eso de la burbuja y por ejemplo la formación durante la carrera deportiva que «no es tanto que no puedas, sino «El basket femenino pasa por un momento crítico»que ves que no lo necesitas. No lo ves necesario porque estás en un mundo en el que no piensas en el futuro » y adaptarse luego, cuando se sale de lo deportivo, «es duro porque es algo que has hecho toda tu vida y es como una jubilación anticipada . Todo lo que has hecho lo has hecho para ti y para tu deporte. Cuando sales hay muchas situaciones que no controlas ».
Marina Ferragut pasó una gran época del basket nacional. Destacan sus 253 internacionalidades. Más que Epi, Gasol o Navarro. Advierte una anécdota que hace pensar sobre el reconocimiento del deporte femenino: «Salí quince segundos en un capítulo de ‘Aquí no hay quien viva’. A partir de ahí la gente me paraba y me preguntaba si era la que había salido en esta serie. No conocían mis veinte años en el primer nivel del baloncesto o mis internacionalidades».
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