DEPORTE FEMENINO
Corredoras contra el cáncer
Marta Fernández, Alicia Simó y Rosario Montaner, tres perfiles de mujeres que reivindican el deporte femenino
RAÚL COSÍN
Deporte y acción solidaria. Un binomio de habitual y rotundo éxito. Y el protagonismo es absoluto de las mujeres. Corredoras profesionales, semiprofesionales y aficionadas, de todas las edades, hasta una marea rosa de diez mil deportistas, elevaron la Carrera de la Mujer de Valencia, que ... progresivamente desde su primera edición ha dado cuenta de la activa y cada vez mayor participación de las féminas en el fenómeno «runner». La cita alcanza su mayor valor en tanto que la meta es en si misma el respaldo a la lucha contra el cáncer, y en particular contra el cáncer de mama. La laureada atleta Marta Fernández de Castro, una habitual de las carreras como Alicia Simó, y Rosario Montaner, esposa del recordman de 800 Antonio Reina y hermana de la saltadora de longitud Concha Montaner, reflexionaron para ABC sobre esta práctica deportiva y una carrera que se solidarizó con las víctimas del Maratón de Boston. Convergen en conceptos como lo saludable, el esfuerzo, el trabajo, la capacidad de sacrificio o la superación misma, pues de todo ello hay mucho en el deporte y en la lucha por derrotar a alguna enfermedad.
«Cada vez son más mujeres las que corren y en este caso todas nos presentábamos para aportar nuestro granito de arena en un acto solidario», explica Marta Fernández (Valencia, 19/8/1971), quien aplaude que «cuando empecé éramos cuatro y hoy cada vez hay más mujeres que se han sumado a la práctica deportiva». Sin embargo, la brecha con la participación de hombres es muy grande, pues «solo un diez o un quince por ciento de participantes en una carrera son mujeres. En esta prueba, que 10.000 mujeres salgan a correr no pasa en todas partes y denota que algo está cambiando. En la primera Carrera de la Mujer éramos 800».
Es la valoración de una voz autorizada en el atletismo de alto rendimiento. Brillante el palmarés de Marta en maratón, medio-maratón, montaña, triatlón, cross o aire libre, y hoy prepara a futuros atletas. Una referencia nacional. Lo es, por ejemplo, para Alicia Simó (Valencia, 1/3/1973), una enamorada del «running», que se prepara semanalmente durante cuatro días para participar luego en dos o tres carreras al mes -preferentemente realiza pruebas de cinco y diez kilómetros-. «Cuando corro tengo sensación de libertad, y disfruto del entorno que me rodea. Como madre trabajadora siempre intento organizar la jornada para poder tener tiempo para correr, así que el que quiere y se lo propone puede conseguirlo», asegura Alicia.
Exalta la Carrera de la Mujer como «mecha para que miles de mujeres se iniciasen en las carreras», que entiende que también ha servido para que las féminas progresen en el «running». Alicia, una habitual de las pruebas que se celebran en la provincia, advierte que «tras muchas carreras populares, he visto como hay chicas pertenecientes a categorías diferentes que luchan por ocupar los primeros puestos en una carrera mixta y quedan en buena posición en la general».
El progreso lleva al éxito, al menos acerca a los logros. Pero la reivindicación es rotunda ante un escenario de diferencias entre el deporte masculino y el femenino, entre las disciplinas de masas y los deportes minoritarios. «Ahora mismo, por la situación en la que vivimos, está más olvidado que nunca -el deporte femenino-. Es muy difícil conseguir repercusión por parte de los medios, tienes que realizar una gran hazaña para que te dediquen un breve en cualquier periódico. Se necesitan más medios y periodistas que den a conocer a las magníficas profesionales que ha dado y seguirá dando nuestro deporte, que no todo es fútbol», opina firme Rosario Montaner (L’Eliana, 14/12/1984), que dio a luz hace cuatro meses y poco a poco busca recuperar una rutina deportiva, pues venía de entrenar cinco o seis días junto a su hermana Concha.
Tres perfiles diferentes. Tres amantes en todo caso del deporte. Lo eran también los participantes en el Maratón de Boston, que dejó la pasada semana un hecho desgraciado, triste, un ataque al deporte inexplicable. «Nos quedamos atónitos. Nadie se explica cómo alguien puede haber hecho una cosa así. Una jornada deportiva, saludable, que acabó en tragedia», dice Marta Fernández. Le secunda Rosario: «Es algo que no esperas que pase en un acto deportivo y menos con la presencia de niños, la verdad no lo entiendo».
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