Oriol es un pájaro

En el panorama político catalán revolotean dos pájaros de máxima actualidad. El Pujol y el Junqueras. El primero, hijo del expresident, ha declarado ante el juez por los tejemanejes que se lleva con las adjudicaciones de las ITV, y le ha dicho a su señoría que todas sus actuaciones han sido «por el bien del país». Dado que Artur Mas ha dicho que los ataques a la familia Pujol son ataques a Cataluña, el hereu lo ha interpretado pro domo sua y ha terminado por confundir el «bien del país» con el suyo propio. La historia se repite. Antaño, Banca Catalana. Hogaño, las ITV. Suiza, capital Barça.

El otro pájaro es Junqueras. A diferencia de las aves que no saben de fronteras, este Oriol, por más que sepa donde termina Cataluña y comienza la Comunidad Valenciana, se ha permitido la chulería de pasarse los límites por el forro de la Constitución y nuestros respectivos estatutos. Ha venido para predicar las bondades de su independencia, tratando de agregarnos a su delirio. Con su pa amb tumaca se la coma el pardal, que ya se sabe, es «hombre…que suele suscitar recelos». ¿Cómo no había de suscitarlos quien tiene por norma partidista darnos la matraca con el coñazo de los países catalanes?

Razón tenía el doctor Samuel Johnson (Reino Unido 1709-1784) cuando dejó dicho que «el nacionalismo es el refugio de los canallas». Y eso que no llegó su tiempo para conocer a estos dos pájaros.