Un presidente del Banco de Valencia fue diputado por la Lliga Catalana

La ciudad pierde de esa forma a una entidad que ha sido protagonista y testigos de sus éxitos, como la Exposición Universal de 1909, y de sus tragedias, como la riada de 1957 . La foto del emblemático edificio de la calle Pintor Sorolla anegado por el agua que llegaba desde la calle de Las Barcas fue portada de ABC el 16 de octubre de aquel año .

El informe anual del Banco de Valencia de 1957 explica así los hechos: «El Banco de Valencia ha experimentado también en sus instalaciones los efectos de la inundación. La abnegada ayuda de todo su personal, con nuestro Director General al frente, y la que con sus elementos nos prestaron importantes empresas [...], permitieron que prontamente pudieran ser puestos en funcionamiento los servicios afectados [...] y la reparación de los locales en su planta de sótano, ya iniciada, se lleva al ritmo adecuado que permite la naturaleza de los daños sufridos».

La entidad también fue noticia de primera página el 29 de junio de 1982 , el año del Mundial de fútbol, cuando una de sus oficinas fue objeto de un robo de cien millones de la época. La última portada protagonizada por el Banco de Valencia en ABC data de este mismo miércoles, cuando se informaba de su venta a Caixabank .

La Valencia en que comenzó a trabajar la primera oficina del Banco que llevaba su nombre contaba en 1900 con unos 200.000 habitantes y se enfrentaba entonces a retos muy diversos. Así consta en la publicación editada por el propio banco con motivo de su centenario en el año 2000, principal fuente de información de la historia del banco.

En 1909 el sistema financiero valenciano entraba en ebullición. Las guías de la época editaban la relación de bancos y banqueros en la ciudad: Banco de España, Banco de Valencia, Crédit Lyonnais,Banco Comercial Español, Banco Hipotecario de España, Aznar y Roglá, Enrique Bonell, Carbonell hermanos, Carles y Compañía, José Carles, Pedro Galiana, González, Leopoldo Mompó, Requena e hijos, Viuda e hijos de Rubio, Sancho y Compañía y, finalmente, Trénor y Compañía . Muchos de estos banqueros formaron parte del accionariado histórico del Banco de Valencia.

En su primera etapa, el Banco de Valencia se ocupó de prestar servicios financieros de clientes y su marcha estuvo ligada a las fluctuaciones del mercado arrocero, en el que se había especializado, de la misma manera que el Banco Comercial Español –cuya sede también estuvo inicialmente en la capital del Turia- estaba más vinculado al negocio del vino.

La competencia exterior no tardó en llegar a una sociedad como la valenciana, ávida de financiación para poner en marchas nuevas iniciativas empresariales. Así, en 1919 abrían sucursal en Valencia el Banco Hispano-Americano; cuatro años más tarde, lo hacía el Anglo Sudamericano y la Societé Générale de Banque.

En 1927, el Banco de Valencia abrió una nueva etapa, que se prolongó hasta el comienzo de la Guerra Civil, bajo la presidencia de Vicente Noguera Bonora . Las condiciones estaban creadas para que un grupo de empresarios valencianos se pusiesen de acuerdo y procediesen a lo que uno de ellos, Vicente Noguera, denominó «la reconstitución» del Banco de Valencia.

Como primera medida para reactivar la entidad, al tiempo que se aprobaban modificaciones en sus estatutos, el capital social se amplió de diez a cincuenta millones de pesetas . Para dirigir la nueva orientación del Banco de Valencia fue elegido quien probablemente había impulsado la idea de entrar en él, un hombre joven y emprendedor, Vicente Noguera Bonora, financiero y empresario que había nacido en Valencia el 14 de septiembre de 1891 y murió asesinado el 19 de agosto de 1936 .

Con motivo del comienzo de la contienda bélica, el Banco de Valencia continuó trabajando en las dos zonas en que había quedado dividido el territorio del Estado . Por una parte, se mantuvo la organización bancaria en su área habitual de trabajo, la valenciana, que había quedado completamente incluida en la zona republicana y, por otra, actuó en una sede provisional que se estableció en San Sebastián .

Algunos miembros del consejo de administración y del personal del que habían podido llegar a aquella zona, se reunieron en San Sebastián, y allí reanudaron las actividades de la entidad, dirigidas especialmente a los valencianos que habían pasado a residir en el País Vasco .

Otro miembro de la saga de los Noguera, en este caso Antonio Noguera Bonora , tomó las riendas de la entidad tras el conflicto bélico. Una presidencia que transcurrió hasta el año 1954. Aunque sus objetivos no se habían modificado, las condiciones en que había de moverse, la misma legislación bancaria, los efectos del conflicto inmediato, creaban un escenario muy distinto al de 1900 o al de 1927, las grandes fechas anteriores de la institución.

En este caso la Segunda Guerra Mundial amenazaba los intereses exportadores de la agricultura valenciana , básica en el negocio bancario. Por ello, el consejo interino, bajo la presidencia accidental de Vicente Boluda, había de enfrentarse con esa nueva etapa y en 1940 se propuso a la Junta de Accionistas la elección de un nuevo órgano de gobierno.

A pesar de la anormalidad creada por la postguerra española y por las repercusiones de la Segunda Guerra Mundial, el banco obtuvo durante los años cuarenta buenos resultados . Además, se inició una activa política de adquisición de inmuebles para las dependencias de la entidad en numerosas poblaciones - hoy en día cuenta con 423 oficinas tras acordar el cierre de 67 como paso previo a su venta - y se firmó un acuerdo de colaboración con el Banco Hispano Colonial, que, por fusión con el Comercial de Barcelona y la Banca Marsans, representaba el mayor sector de la actividad bancaria en Cataluña. En la actualidad, 72 años más tarde, han vuelto a confluir los caminos de la banca catalana y la valenciana.

Fallecido Antonio Noguera, el banco abre otra etapa bajo la presidencia del empresario y político Ignacio Villalonga Villalba , que ocupó el cargo entre 1954 y 1964 mientras residía en Madrid, por lo que se nombró consejero delegado a José Galindo Gómez.

Una década que estuvo marcada por los efectos de la riada de 1957 sobre la economía valenciana. Fue la época en la que se nombraron como consejeros, tres años más tarde, a J osé Simó Aynat y a Carlos Fabra Andrés .

En 1964, como consecuencia de lo dispuesto en un decreto del año anterior, el Banco de España elaboró el primero de una serie de programas de expansión bancaria. El organismo superviso aprobó los planes presentados por la entidad valenciana, que continuó con su crecimiento.

Ignacio Villalonga presentó su dimisión como presidente, también lo era del Banco Central, aconsejado por ciertas orientaciones de la Ley de Bases de Ordenación del Crédito y la Banca de 14 de abril de 1962 , dirigida a la reforma bancaria en el marco de los proyectos desarrollistas de la Administración. El Gobierno de la época optaba por impulsar la banca comercial e industrial , que, con el crédito oficial, se pretendía que fuese el motor de una industrialización rápida.

Joaquín Reig Rodríguez , empresario y político, accedió a presidencia en 1964. Un cargo en el que se mantuvo viente años. Había sido concejal de Valencia, elegido en 1931 por la Unió Regional Valencianista y diputado en el Parlamento español dentro de una candidatura de la Lliga Catalana (1933-1936).

La economía valenciana, y así podía verse en las actuaciones del Banco de Valencia en la década de 1960 y los años siguientes, había cambiado de signo. La industria –en buena medida de origen artesanal– pasó a ocupar la primacía sobre el sector agrícola .

Eran los años de los sucesivos tres Planes de Desarrollo Industrial y Social iniciados en 1964 y que dejaron de tener vigencia en 1976.

Al mismo tiempo, el sector servicios se vio reforzado por la creciente actividad turística que se produjo en determinadas poblaciones costeras , como Alicante, Benidorm, Cullera, Peñíscola, Oropesa, Benicàsssim, Gandia, Santa Pola, Dénia, Xàbia o Calp.

El banco se nutría declientela española pero también de otros lugares de Europa. Finalmente, el crecimiento demográfico de algunas ciudades, unido a la demanda de espacios habitables producida por el turismo , impulsó el desarrollo de las actividades de construcción e inmobiliarias en el total de nuevas iniciativas de negocio. En esta etapa, la entidad se consolidó como «banco regional tras alcanzar presencia en las tres capitales del Reino».

En 1984 llegaría a la presidencia Antonio Girona Busutil . Un nombramiento que estuvo acompañado de una profunda remodelación del consejo de administración. Girona estaba casado con María Irene Noguera Aparicio y pertenecía al consejo desde 1954.

La tarea del nuevo presidente al frente del Banco estuvo dedicada, sobre todo, a resolver problemas de funcionamiento aparecidos en los últimos años , en parte debidos a un crecimiento demasiado rápido y relacionados con la crisis del sector inmobiliario .

Para sustituir a Antonio Girona fue nombrado nuevo presidente Antonio Escámez López , perteneciente a una familia de financieros originaria de Águilas (Murcia), quien ocupó un año el cargo. Como vicepresidente fue designado el empresario J uan Lladró Dolz .

En junio de 1994 se produjo un hecho de gran transcendencia en la vida del banco, al adquirir la Caja de Ahorros de Valencia, Castellón y Alicante, Bancaja, el paquete de acciones del Banco de Valencia que poseía el Banco Central Hispanoamericano . Se trataba del 24,24 por ciento del total del capital. Un cambio accionarial que supuso el acceso a la presidencia de José María Simó Nogués .

En enero de 1995 se aprobó la nueva línea de identidad corporativa y dos años más tarde la entidad compró el cien por cien del Banco de Murcia .

También en 1997 se prodeció al relevo de Simó, quien por motivos de salud cedió el testigo de la presidencia a Antonio J. Tirado , quien fue alcalde de Castellón en dos legislaturas consecutivas (1979-1987).

En marzo de 1998, por cambio en la presidencia de Bancaja, se nombró representante de dicha entidad para el ejercicio de la presidencia del Banco de Valencia a Julio de Miguel Aynat .

En julio del mismo año, el Consejo aprobó un plan estratégico con vigencia para el trienio siguiente , con el objetivo fundamental de preparar las bases para el incremento de beneficios a medio plazo, diversificando las fuentes y los territorios en que había de obtenerse ese incremento.

El plan contemplaba la expansión del Grupo Banco de Valencia en su territorio natural y la implantación en Aragón, Navarra y la Rioja , junto a un especial esfuerzo de ampliación dentro de la Comunidad Autónoma de Madrid.

En 2004 el que fue presidente de la Generalitat José Luis Olivas Martínez , tomó el mando del Banco de Valencia cuando fue nombrado presidente de Bancaja. Un cargo en el que permaneció hasta su dimisión el 28 de octubre de 2011, apenas unos días antes de que trascendiera la grave situación financiera de la entidad provocada por su elevada exposición al sector inmobiliario.

Aurelio Izquierdo, «mano derecha» de Olivas en Bancaja, fue el presidente más efímero de la historia. El 21 de noviembre de 2011 Banco de España nacionalizaba la entidad , en la que se detectó un agujero superior a los ochocientos millones de euros.

Tras una administración del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el Banco de Valencia fue vendido por un euro a Caixabank el pasado 27 de noviembre . La fecha en la que se ponía fin al que había sido santo y seña del sistema financiero valenciano.

*Fuentes: Hemeroteca ABC , «1900-2000. Cien años de historia del Banco de Valencia» y elaboración propia.