Mataró reivindica a lo grande el «kilómetro cero» de Gaudí

Es por eso que este sábado, aprovechando la conmemoración del 130 aniversario de la nave de blanqueo de algodón de Mataró, la popularmente conocida como «nau Gaudí» con la que el arquitecto estrenó su universo creativo en 1883, una decena larga propietarios públicos y privados de edificios diseñados por Gaudí suscribirán un manifiesto par a preservar y difundir el patrimonio gaudiniano en su totalidad.

«La importancia de Gaudí hace necesaria una red de coordinación, un organismo de colaboración de su obra» , señala el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, quien apadrina desde su departamento una iniciativa a la que se suman el Ayuntamiento de Mataró y la Fundación La Caixa y que contempla también la creación de un consejo de expertos y propietarios.

De este modo, la Declaración de Mataró buscará potenciar las afinidades entre los representantes de La Pedrera, la Casa Batlló, la Casa Vicens, la Torre de Bellesguard, el Palau Güell, la cripta de la Colonia Güell, los pabellones de la Finca Güell, el Park Güell, la Nave Gaudí, el Colegio de las Teresianas, la Sagrada Familia, la asociación Amics de Gaudí, el MNAC y la Cátedra Gaudí de la UPC, entre otros, y luchará por, en palabras de Giralt-Miracle, «evitar que se profane la obra de Gaudí». «No se trata de un mecanismo monopolizador, sino de uno para confraternizar», aclara el historiador y especialista en la obra del arquitecto catalán.

Y nada mejor para poner en marcha esta nueva sociedad gaudiniana que enmarcarla en los actos de «Gaudí 130», conmemoración de la construcción de la Nave Gaudí que arrancará también este sábado en Mataró bajo el comisariado de Giralt-Miracle y con la intención de subrayar la importancia del primer proyecto de envergadura que completó el arquitecto.

«No es un palacio ni un edificio, por lo que durante años fue entendida como una obra menor. Aún así, todos acabamos tomando conciencia de que había que incorporar la nave a todas la rutas y monografías de Gaudí», destaca Giralt-Miracle. No en vano, es en esta estructura de 12 metros de ancho por 48 de largo donde Gaudí empezó a poner en práctica el uso del arco catenario y la decoración con azulejos cerámicos. Sin esta modesta nave, añade Giralt-Miracle, «Gaudí no habría desarrollado las fórmulas que posteriormente utilizó para proyectar los arcos y vueltas de la Sagrada Familia».

La conmemoración de este espacio olvidado, «mutilado» y rehabilitado durante seis años y que alberga actualmente la colección de arte contemporáneo de Lluís Bassat, se alargará hasta el próximo verano de la mano de conferencias, seminarios, talleres, la producción de un audiovisual y una exposición fotográfica dedicada a la obra de Gaudí. Nuevos mimos para un proyecto menor que, sin embargo, «posee un gran valor pedagógico». «De aquí surge la idea de que lo importante no es la forma sino la estructura», zanja Giralt-Miracle.