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Un padre que pide bilingüismo llevará su caso a Francia si Rigau mantiene su desacato

Da de plazo hasta octubre a la Consejería de Enseñanza para que escolarice a sus hijos en catalán y castellano

Un padre que pide bilingüismo llevará su caso a Francia si Rigau mantiene su desacato abc

esther armora

Es uno de los padres a los que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) le concedió en enero de 2013 la educación bilingüe para uno de sus hijos, el mayor de tres. Sin embargo, desde esa resolución judicial hasta mediados del pasado mes de junio la Generalitat no le había dado ninguna respuesta y la que le dio, seis meses después, fue, a su juicio, «totalmente insuficiente» y «al margen de lo que señala la justicia». «La consejería dio orden al centro en el que se escolariza mi hijo de que se le proporcionara atención individualizada cuando la justicia dice claramente que tiene derecho a tener educación bilingüe junto a sus compañeros de aula», apunta Nicolás Costovici. Ante la «decepcionante» salida que le brindaban las autoridades educativas catalanas y tras las declaraciones versadas en la prensa por la propia consejera, Irene Rigau, en las que advertía de que en este curso no habría tampoco cambios al respecto y seguiría ofreciendo solo atención individualizada, este empresario de origen francés y desde 2006 afincado con su familia en una localidad de la costa gerundense optó por la drástica solución de matricular a su hijo en un colegio fuera de Cataluña. Eligió Francia porque allí tiene familia.

Desde este septiembre, su hijo ya recibe una educación en francés e inglés, tal como avanzó este diario en su edición del pasado día 10 de septiembre. «Decidí enviar a mi hijo mayor fuera porque el francés como el castellano son lenguas internacionales que sirven en el comercio internacional. Esas dos lenguas siempre les pueden abrir puertas a la hora de encontrar un trabajo», dice el padre, que el pasado mes de julio pidió a la Generalitat educación bilingüe para sus otros dos hijos pequeños, que siguen escolarizados en el primer ciclo de Educación Primaria en un instituto de la localidad catalana.

«El mayor estaba a punto de saltar a ESO y no podía permitirme que solo dominara el catalán; apenas tenía vocabulario en castellano y ni le cuento en inglés. Ahora he pedido lo mismo para los dos pequeños porque me ampara la justicia», relata Nicolás Costovici. Ahora, no piensa esperar tanto porque, a su juicio, «la ley ha sido muy clara» respecto a su situación y a la de otros padres que llevan años reclamando enseñanza bilingüe.

Por este motivo, concede de plazo a la Generalitat hasta finales de octubre. Si no hay respuesta positiva por parte del gobierno catalán, está decidido a elevar su caso a la jurisdicción penal en España y también a que traspase fronteras. Así se lo ha comunicado a las autoridades educativas, a las que ha advertido de que si no hay cambios para sus dos hijos pequeños, expondrá lo que ocurre en Cataluña a los periódicos de Francia para denunciar lo que califica de la "dictadura catalanista que se salta de las leyes" y que no respecta la libertad de los ciudadanos de Cataluña. "No hago politica, solo actúo como padre", asegura en declaraciones a ABC.

«El Gobierno catalán me da largas»

«El departamento de Enseñanza está fuera de la ley desde hace casi tres años cuando el Tribunal Supremo dictó las sentencias de diciembre en las que obligaba a devolver al castellano la condición de lengua vehicular en las aulas», denuncia el padre. Nicolás se queja también de la «inacción» de la Alta Inspeción Educativa. «También me resulta increíble que viendo ese reiterado incumpliendo, el Gobierno no actúe», apunta. «Es como si les tuvieran miedo», añade el empresario, que ha intercambiado varios correos (consultados por ABC) con la directora del Área Funcional de Alta Inspección de Educación en la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. En ellos, el padre expone el silencio de la administración autonómica respecto a su petición para sus dos hijos pero, según denuncia, «la representante del Gobierno no me ofrece ninguna solución, solo me da largas y me aconseja que espere una respuesta de la consejería de Enseñanza».

Nicolás Costovici, como otros padres que llevan años luchando se siente cansado pero se resiste a abandonar la batalla. «Me dolerá mucho explicar qué ocurre en Cataluña en el extranjero pero entiendo que es importante que otros países de Europa sepan como sortean y juegan aquí con las leyes», concluye Costovici quien asegura que no tendría ningún problema con la inmersión lingüística "si no fuera una opción impuesta".

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