La lenta agonía del Museo del Cómic de Cataluña
Tras dos años de parón en las obras, el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, asegura ahora que la Generalitat no está en condiciones de crear un museo nacional y aboga por cambiar la orientación del proyecto
La lenta agonía del Museo del Cómic de Cataluña
El futuro del Museo del Cómic y la Ilustración de Cataluña (MCIC) sigue siendo incierto, cuando no directamente inexistente. Así lo ha dado a entender esta semana el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, quien aprovechó la presentación del Salón del Cómic de Barcelona para asegurar ... que la crisis y las tensiones presupuestarias de la Generalitat obligarán a replantear el proyecto y enfocarlo de un modo diferente.
“No estamos en condiciones de hacer un Museo Nacional con los recursos que tenemos”, aseguró tajante en el enésimo capítulo de un serial en la que se entrelazan los retrasos y la sordera institucional.
Así, pocas semanas después de que el alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol, intentase desbloquear un proyecto que lleva dos años en barbecho -según el plan inicial, el museo debería haberse inaugurado en 2012- impulsando la creación de una Fundación que desencalle el MCIC, Mascarell ha echado esta semana un nuevo jarro de agua fría sobre las aspiraciones de los amantes del noveno arte.
«No estamos en condiciones de hacer un museo con los recursos que tenemos», asegura Mascarell
“Estamos ante un sector que había sido menospreciado y merecía un trato preferente”, anunció en 2010 el entonces responsable de Cultural Joan Manuel Tresserras, poco después de saberse que la antigua fábrica de la Compañía Auxiliar del Comercio y la Industria (CACI) en Badalona se convertiría en el nuevo hogar del Capitán Trueno, El Guerrero del Antifaz, Massagran y compañía. Dos años antes, la idea de la creación de un museo dedicado al cómic y la ilustración ya había empezado a cobrar formar incluyéndose en el Plan de Museos de Cataluña.
Parón y abandono
La noticia llega dos días después de que Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona y varias entidades privadas acordasen colaborar para impulsar la transformación de la montaña de Montjuïc en la gran «Esplanada de los museos» de Barcelona, imagen que contrasta con un proyecto, el del cómic, que seis años después de incluirse en el Plan de Museos de Cataluña ha quedado reducido a 4.000 metros cuadrados deshabitados y a medio rehabilitar y una idea fundacional que, según Mascarell, será necesario reformular y ajustar a los tiempos que corren.
Con ese plural el conseller de Cultura se refería esencialmente a FICOMIC, empresa responsable del Salón del Cómic y parte activa en el desarrollo del ahora incierto museo que en los últimos meses había alertado del bloqueo de las conversaciones con el gobierno catalán y subrayado que la primera fase de rehabilitación del edificio, en el que ya se han invertido 3 millones de euros, podría empezar a deteriorarse debido a los dos años largos de parón y abandono.
Así, mientras que la última previsión era la de inaugurar el museo en 2014, el centro permanece deshabitado a la espera de que los implicados consigan ponerse de acuerdo.«El museo es un proyecto de cultura, emprendedor, un proyecto de país y de ciudad, un centro de las artes de ámbito internacional», subrayó en su día el director del Salón del Cómic, Carles Santamaria, algo a lo que Mascarell responde ahora que no hay dinero ni recursos.
Y por más que el alcalde de Badalona barajase la posibilidad de crear una entidad jurídica como primer paso en la constitución de una fundación que pudiese gestionar el equipamiento, lo cierto es que el futuro del Museo del Cómic y la Ilustración de Cataluña sigue siendo aún muy incierto.
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