El Racc y la Cruz Roja piden clases de primeros auxilios en la ESO

Cifras que no deben pasar desapercibidas teniendo en cuenta que un 75% de las muertes por accidente de tráfico se producen en la primera hora posterior al siniestro, es decir, la mayoría a manos de los conductores que se detienen para auxiliar a los accidentados. Y es que, ¿qué adolescente no ansía obtener su permiso de conducción, ya sea de motocicleta o de coche?. Pues así como estudian con gran hincapié la velocidad máxima en los diferentes tipos de vías o qué pueden hacer para aumentar la cilindrada de su motor, quizás deberían prestar un poco más de atención a qué hacer en caso de accidente.

Según la encuesta realizada por 15 clubes de automóvil europeos, entre ellos el RACC, el 40% de conductores que afirman haber recibido información de primeros auxilios, la han recibido por requerimiento de su profesión, y posteriormente en la práctica solo son un 28% quienes conocen los pasos a seguir ante una emergencia. Como sucede en casi todos los ámbitos, de la teoría a la práctica puede haber un abismo, y es que en cuanto a la puesta en práctica de los conocimientos tanto los conductores europeos como catalanes empeoran.

El manager de proyectos del Racc, Xavier Ruestes, ha destacado que “ninguna de las personas encuestadas en Cataluña supo comprobar el estado de la víctima correctamente” para determinar su nivel de conciencia, según informa Ep. Son pequeños detalles los que nos delatan, porque por ejemplo, uno de cada cinco conductores catalanes sabe hacer un masaje cardíaco aunque sin colocar correctamente a la víctima, al igual que sucede con aquellos que afirman saber hacer una maniobra de reanimación, pero en la práctica erran en colocar las manos sobre el pecho o en la frecuencia en que deben hacer las compresiones y las insuflaciones.

Es como empezar una casa por el tejado y ante la falta de conocimiento tanto teórico como práctico, la Cruz Roja se suma a la entidad automovilística para reclamar formación en la ESO e incluso en ciclos formativos, sin perder tiempo para que los futuros conductores que actualmente se están preparando, ya inicien su rodaje con conocimientos aplicables en casos reales. Al fin y al cabo son pormenores que se pueden convertir en pormayores y más cuando está en juego la vida de una persona, se ha señalado.

No solo importa la cantidad o la rapidez cómo se imparta esta “nueva asignatura”, sino también la calidad de los cursos, por eso Ruestes la subraya con el fin de que perdure en el tiempo y con la esperanza de que se convierta en una asignatura más de vida para los ciudadanos.