Un padre avalado por el TS denuncia que el Govern incumple la atención individualizada
Enrique López asegura que no recibe las notas del colegio en castellano pese a ordenarlo la Generalitat
Un padre avalado por el TS denuncia que el Govern incumple la atención individualizada
Después de una larga peregrinación administrativa y jurídica, Enrique López logró en mayo de 2011 que el Tribunal Supremo (TS) le reconociera el derecho a dar a su hijo Ossian una escolarización bilingüe. Sólo seis familias lo consiguieron. El tortuoso camino judicial hacia ese fallo ... y también las posteriores interpretaciones del mismo realizadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y hace apenas una semana por el mismo TS (reconoce la obligatoriedad de ofrecer enseñanza bilingüe a quienes lo pidan pero no generaliza este derecho a todo el sistema) no han amedrentado a este padre que sigue batallando para que se cumpla la ley.
Enrique y los otros padres avalados por el Supremo llevan años denunciando que la Generalitat «incumple» o «interpreta interesadamente» los fallos lingüísticos, aunque la denuncia que hace ahora López es más clamorosa porque mantiene que la consejería de Enseñanza incumple sus propias resoluciones o lo que es lo mismo, «no aplica ni las sentencias que acepta aplicar». No es su versión de los hechos.Los documentos facilitados a ABC lo prueban.
Derecho reconocido por el TS
En una resolución fechada el 17 de mayo de 2012, que «ordena el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 2011» y dirigida al instituto Alba del Vallès de Sant Fost de Campsentelles (Barcelona), donde está escolarizado el hijo de Enrique, la Generalitat reconoce la obligatoriedad legal de ofrecer al alumno solicitante «una atención lingüística individualizada en lengua castellana» y expone al instituto de Ossian que «este tratamiento individualizado implicará que se usará esta lengua en cuatro situaciones docentes siguientes». Entre éstas figura la de «notificar a la familia el progreso del alumno, así como toda la actividad del instituto también en castellano».
López denuncia que este último punto no lo cumplen (al menos en muchas ocasiones) y los otros tres —«proporcionar la información oral y escrita que permita al alumno entrar en contacto con el contenido de la asignatura (libros si los hay)», «facilitar la ejercitación y aplicación de los conocimientos adquiridos para asimilarlos, en ejercicios de clase y deberes», y «examinar los aprendizajes adquiridos que demuestren lo que ha aprendido»— se aplican «a medias y según la buena voluntad del profesor». Que no se cumplen los requisitos sobre atención lingüística individualizada exigidos por el TS y reconocidos por la Generalitat en su resolución del pasado mayo lo prueban varios comunicados del instituto (uno de ellos lo reproduce este diario), escrito en catalán, que el centro remitió a la familia en diciembre de 2012, ocho meses después de recibir la orden de la Generalitat.
«No hay voluntad de hacerlo»
Enrique López no culpa al instituto de ello sino «a la falta de previsión y control de la Generalitat en la aplicación por parte de las escuelas e institutos de este derecho legal».
«La Generalitat no tienen voluntad de cumplir con la atención individualizada, por eso no ha proporcionado a los centros los instrumentos que necesitan para desplegar esta atención. Si quieren enviarnos una nota en castellano tienen que hacerla a mano porque el “software ” del centro y las plantillas están en catalán», denuncia el padre.
El responsable del instituto Alba del Vallès de Sant Fost de Campsentelles (Barcelona), Pere Salvador, admite en declaraciones a ABC que en ocasiones «ha habido descuidos involutarios y se han enviado a ese padre los comunicados en catalán», aunque subraya que la atención individualizada se cumple para con el alumno solicitante y que la relación con la familia «siempre ha sido cordial». En ello coincide el padre denunciante.
«No hay conflicto con el instituto, mi relación con la dirección del centro es buena, aunque algunos profesores no hacen el esfuerzo», concluye López.
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