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corazón de león

Salvador Gutiérrez

vicente ángel pérez

Escribir hoy, en plena primavera electoralista, de alguien por nombre Salvador y apellido Gutiérrez, de cuna asturiana y vivencia leonesa, y no asociarlo con UPyD o con Ciudadanos, esos partidos tan en boga, puede parecer un crimen contra la actualidad periodística, ésa que dicta, de ... tertulia en tertulia, que no hay vida más allá de la contienda política. Pero Salvador Gutiérrez, que bien podría obviar su primer apellido, como hacen algunos políticos o escritores por aquello del «marketing», y así llamarse Salvador Ordóñez, ni es político ni novelista que necesite de su segundo apellido para ser reconocido. Gutiérrez es de los Gutiérrez de toda la vida y miembro de la Real Academia Española; y miembro muy activo en esos sillones en los que, por lo general, adormecen quienes de una u otra manera creen haber alcanzado la «inmortalidad». Gutiérrez, muy vivo él, se ha dedicado en los ocho años que lleva de académico a reavivar la gramática española como quien alienta el picón del brasero, con algunas llamas y no pocos humos. Pero no es ésta (pese a que el académico sea partidario de eliminar las tildes) la ocasión de criticar la labor de un intelectual que ha dedicado su vida al idioma español.

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