El Valladolid perdona y cae ante Las Palmas

Porque aunque la primera mitad fue un pulso entre dos equipos con ganas de hacerse con la victoria en la que los dos entrenadores jugaron a mover sus piezas por el campo como si se tratara de un tablero de ajedrez, los locales supieron hacerse antes con el control del juego. Sobre todo cuando Rubi decidió colocar a Jeffren como delantero para sacar a Oscar Díaz a una banda. Una variante que descolocó bastante a los canarios y que les obligó a renunciar a la posesión, como sí hicieron en los primeros 20 minutos, para apostar por solo defender.

Una circunstancia que aprovecharon los blanquivioleta para generar ocasiones de gol y poner en muchos apuros la portería defendida por casto. La más clara en un doble remate de Jeffren y Oscar González que estrellaron sus remates en el poste derecho de la portería insular. Una doble ocasión que espoleó aún más su juego y que sirvió para que, en la siguiente oportunidad, Oscar Díaz, después de una gran pase de Jeffren, colara el balón en la portería con un fuerte disparo desde dentro del área.

Tras el gol los pucelanos dieron un poco de pausa al juego y dejaron que pasaran los minutos para llegar al descanso con ventaja en el marcador.

Después del tiempo de refresco el partido empezó con las mismas premisas. Eso sí, con Las Palmas volcado en ataque buscando el empate y los locales aprovechando los contragolpes para buscar el 2-0- Un resultado que no llegó debido a la falta de acierto de sus jugadores que, pese a gozar de varias opciones, no supieron «matar» el choque.

Y como sucede en el mundo del deporte quien perdona lo paga. Tanto como para que los canarios, después de una posible falta sobre André Leao en el centro del campo, montaran una rápida jugada de ataque que acabó con un penalti cometido por Peña sobre Mesa. El lanzamiento lo materializó en gol Momo para colocar el 1-1 en el marcador.

El tanto no solo equilibró el resultado, sino que además dejó muy tocado a los locales. Tanto como para que, pese a llegar un par de veces con cierto peligro, se les viera en el campo sufriendo más que en la primera hora de juego. Más cuando Chus Herrero, después de salir a la banda izquierda a tapara una internada de Araujo, pifiara en el despeje y permitiera que el argentino centrara al área para que Vicente hiciera el 1-2.

El segundo tanto acabó de desmoralizar a los hombres de Rubi que, desde ese instante, ya no fueron capaces de reponerse y fueran un dulce rival que solo acompañara por el campo a los amarillos que simplemente se limitaron a llegar al final del partido con los tres puntos en el bolsillo.