El Pucela se impone a la anarquía táctica del Albacete

Sobre todo porque su rival, el Albacete, planteó un choque abierto, con ganas de llegar al área pucelana y en el que no dejó nada en la recamara para lograr la victoria. Más aún cuando en el inicio del partido, Rubén Cruz aprovechó un grave error colectivo de la zaga visitante para hacer el 1-0.

Un tanto que dejó un poco tocados a los visitantes durante un par de minutos. El tiempo necesario para que se dieran cuenta de que el rigor táctico no serviría para equilibrar el duelo y que habría que buscar otras alternativas para poner en problemas a los manchegos.

En esa faceta fue fundamental la labor de Bergdich y Mojica. Los dos extremos del Valladolid se convirtieron en la punta de lanza de su equipo, bien manejada tanto por Timor como por Óscar González. Precisamente Oscar, después de una jugada bien trenzada por la banda derecha, aprovechó un rechace para acomodarse el balón dentro del área y hacer el empate.

El gol no cambió nada y como los locales mantuvieron su apuesta por el intercambio de golpes, el Valladolid no desdeñó la apuesta. Más que nada porque el «Alba» era incapaz de acercarse con peligro a la portería defendida por Javi Varas, mientras que ellos generaban ocasiones de gol en cada aproximación. Así, Bergdich aprovecho un centro lateral para hacer el 1-2.

Los pucelanos, con mucha pegada, habían dado la vuelta al partido y cada vez se sentían mejor en el campo y con ganas de que siguiera la locura sobre el césped. Ni siquiera la lesión del colegiado, Saguéz Oscoz –rotura de radio del brazo izquierdo-, hizo que el ritmo decayese y después de un grave error de la defensa local. Mojica acertó para hacer el 1-3 y hacer que su equipo llegara al descanso con ventaja.

Un diferencia que amplió de nuevo Bergdich, al aprovechar una gran jugada individual de Mojica que puso un preciso centro que remató el franco-marroquí al fondo de la portería manchega.

Con el 1-4, el partido cayó aún más en la locura. Sobre todo por parte de los locales quienes acumularon hombres en la delantera. A eso se sumó una cierta relajación de los pupilos de «Rubi» que provocó que dieran varios pasos hacia atrás y dejaran el peso del partido a su rival.

Una circunstancia que se acrecentó cuando Jorge Díaz marcó el gol del partido con un potente disparo desde 25 metros que se coló en la portería de varas y significó el 2-4. Con el gol, el Albacete empezó a creer en la remontada. Hasta que «Rubi» se dio cuenta de la necesidad de potenciar el centro del campo y metió a Sastre al campo en el lugar de Oscar. A partir de ese momento los visitante volvieron a ser protagonistas y generaron varias ocasiones de gol que, unas veces por falta de puntería y otras por buenas intervenciones del portero local, no aumentaron la diferencia.

Ya con el tiempo cumplido Rubén Cruz consiguió el 3-4 que ni siquiera sirvió para dar picante a los instantes finales ya que casi coincidió con el final del partido.