sucesos
La mitad de las víctimas de incendios en los hogares supera los 70 años
Los profesionales insisten en que los detectores «salvarían vidas»
maría gajate
El frío en la calle en pleno invierno hace que la sociedad se refugie en sus casas y dentro busquen el calor. Braseros, chimeneas, calderas o radiadores permiten disfrutar de una temperatura óptima, pero esconden tras de sí riesgos si se da un mal funcionamiento, ... un erróneo uso o un descuido, que pueden acabar en tragedia. Y es que estas circunstancias llevan a que entre diciembre y marzo sea la época del año en la que más incendios se producen en los hogares. En ellos, destaca la vulnerabilidad de las personas más mayores. Las estadísticas cifran en que cuatro de cada diez víctimas mortales por un fuego en una vivienda tiene más de 65 años. En Castilla y León, en lo que va de año casi la mitad (un 47 por ciento) de los heridos a causa de las llamas o el humo en un hogar particular tenían más de 70. De momento, no ha habido fallecidos en estas circustancias, de acuerdo con los partes de incidencias registrados por el Servicio de Emergencias 112.
A descuidos que se repiten a lo largo de todo el año como un cigarrillo mal apagado o una sartén olvidada en el fuego, en invierno se suman como causas de incendio los aparatos de calefacción, que pueden ejercer de punto de inicio del fuego, o la sobrecarga de las instalaciones eléctricas, a las que cada vez se conectan más aparatos -TV, ordenador o electrodomésticos- y con un mayor uso, al pasar en épocas de frío más tiempo en casa. En el caso de ancianos, aumenta el riesgo por su vulnerabilidad. Por ejemplo, una persona con dolencias que haga uso de una manta eléctrica para unos minutos. A edades elevadas es más posible que se quede dormida fácilmente y se produzca una incidencia sin que se entere. Un sueño más profundo o la peor movilidad para huir del lugar pueden desembocar en fatales consecuencias en caso de gente mayor, pero no es el único colectivo víctima de las llamas en estas circunstancias. De acuerdo con las estadísticas, la mayoría (un 42%) de los fuegos con fallecidos pillan a las víctimas en fase REM, apunta un estudio conjunto de la Asociación Profesional de Técnico de Bomberos (APTB) y la Fundación Mapfre.
Somnolencia y soledad
La mayor somnolencia es un ejemplo de factor de riesgo, como lo es la también soledad. Se registra cada vez una mayor necesidad de los servicios de Bomberos en asistencia a «personas que no viven acompañadas», ya sea porque necesiten auxilio, por ejemplo, por una caída y se requiera su actuación para entrar en la vivienda o porque al no haber nadie más en casa es más probable que el fuego no se detecte, explica el director del Servicio de Extinción de Incendios, Salvamento y Protección Civil de Valladolid, Javier Reinoso. Éstos y otros factores que introducen el peligro en la ecuación han llevado a las administraciones a actuar en tareas de prevención. Es el caso del Ayuntamiento de Ponferrada y la Diputación de Palencia. El Consistorio berciano pretende instalar detectores de incendios en viviendas de ancianos de más de 80 años con servicio de teleasistencia y continuar más adelante con personas de más de 65; y en la misma línea, la institución provincial distribuirá 1.324 dispositivos para advertir de humo o gases entre los beneficiarios de la ayuda a domicilio y teleasistencia.
«Diez euros vale un detector. Es una gasto mínimo para lo que ahorra: una desgracia», afirma Reinoso. Un aparato que detecta irregularidades antes tan siquiera de que el problema aparezca y que no es sólo «vital» para personas mayores. Y es que si las estadísticas habituales indican que cuatro de cada diez tienen más de 65 años, existe otro sesenta por ciento que no tiene limitaciones por edad y aún así se ve envuelto en un fuego en una vivienda.
Instalaciones
Los riesgos están ahí. Hace años era generalizado el uso de sistemas de calefacción eléctricos y estufas de gas, «más propensas a los incendios», ahora menos, y el gas natural, más extendido, tiene «poco riesgo». La incidencia de calefactores en incendios ha bajado y el número de víctimas mortales en España es menos de la mitad que hace tres décadas, pero aún así estos sistemas siguen siendo una causa importante. Y es también determinante, la tipología de las calderas, si éstas son estancas -que tienen cerrada la cámara y toman el aire para la combustión del exterior, vertiendo los humos que desprende también fuera- o atmosféricas -que lo cogen directamente del local en el que se encuentran ubicadas y precisan ciertas condiciones de ventilación -. Éstas últimas ya no se permiten instalar, pero no se prohíben. Y si bien es cierto que cuanto más mayor sea la persona «más posible es que la casa se antigua y también sus instalaciones», esta situación incumbe también a gente joven, al igual que la una correcta «instalación eléctrica, que si está como debe no se debería de sobrecargar», argumenta el jefe del servicio de Bomberos de Valladolid.
En estos casos en los que las condiciones no son las más deseables, un mecanismo de advertencia conseguiría alertar a tiempo, no sólo de humo, sino también de gas y del asesino silencioso, el monóxido de carbono. Cerca de sesenta personas han resultado heridas y precisado de asistencia en este invierno por inhalación del mismo (el 16 por ciento mayores de 65 años), según los datos del 112.
El problema es que «si cuesta dinero y no es obligatorio, no se usa…», lamenta Reinoso, quien recuerda que en otros países como Estados Unidos no son una opción, algo que, a su juicio, sería recomendable para España, donde las campañas de sensibilización pueden influir y «cada vez la gente se va concienciando más», pero no de la misma forma que lo haría una ley, que «salvaría vidas», puntualiza.
Consejos
El estudio elaborado por la APTB y la Fundación Mapfre en 2012 sobre incendios en viviendas también defiende que la instalación de detectores domésticos de incendios y gas podría contribuir a «evitar un gran número de muertes». Además, lanza una serie de recomendaciones preventivas. A los mayores les insta a no tener en casa braseros de leña o carbón, ni cocinas de gas o velas, ya que «es fácil olvidarse de apagarlas»; y, en términos generales, se aconseja contar con las instalaciones a punto, no fumar en la vivienda (lo cigarrillos mal apagados son una de la principales causas de incendio), no sobrecargar las tomas de corriente, desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos y no dejar cerillas y mecheros al alcance de los niños.
El informe advierte de que los factores más comunes en los incendios en los hogares son el invierno y de madrugada. Es cuando se producen más incidentes, cuyas principales causas son el fuego directo, fumadores, problemas eléctricos y productores de calor. Las viviendas colectivas y los núcleos de población de menos de mil habitantes concluyen el perfil del foco más común de las llamas.
La mitad de las víctimas de incendios en los hogares supera los 70 años
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete