industria
La Ciudad de la Energía se queda sin «chispa»
El cambio de director es sólo un capítulo más de un gran proyecto que nunca fue lo prometido
diego luis gonzález
La Ciudad de la Energía , uno de los más ambiciosos proyectos de innovación tecnológica ideados nunca para Castilla y León, camina con rumbo cada vez más incierto. Después de los recortes aplicados en los últimos años, el reciente cambio en la dirección del ... organismo no ha hecho más que aumentar la incertidumbre en torno a su futuro. El funcionario Melchor Ruiz (61 años) renunció al puesto, justo antes de que fuera cesado, una medida que ya había decidido el Ministerio de Industria , que rige los destinos de la Ciudén. Aunque el adiós del responsable se justificó en «motivos personales», la despedida no pudo esconder las desavenencias, en especial con el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal .
El origen de ese enfrentamiento radica en la negativa de Ruiz a aplicar más recortes en uno de los dos proyectos que la Ciudad de la Energía aún desarrolla: el Museo Nacional de la Energía en Ponferrada al haberse negadoa ordenar la paralización de esas obras, que ya estuvieron detenidas durante varios meses, como paso previo a nuevos tijeretazos en la idea.
El nuevo director general de la Ciudén es Eduardo Castiñeiras, que fue alto directivo de Bankia y que, en los últimos tiempos, ha trabajado como asesor personal del ministro de Industria, José Manuel Soria , en materia minera -de hecho ha sido representante ministerial en la empresa pública Hunosa, durante este período en el que se presentó la denuncia por la presunta desaparición de miles de toneladas de carbón de las empresas de Victorino Alonso, que, al final, ha sido sobreseída por los tribunales-. Hoy ocupará, por primera vez, su despacho en las oficinas de Ponferrada. Llegará el momento de conocer sus intenciones respecto a la continuidad de las iniciativas de la entidad estatal, en la que se habían depositado todas las esperanzas de desarrollo económico para el futuro del Bierzo (León).
La Fundación Ciudad de la Energía fue una entidad creada el 12 de mayo de 2006 por acuerdo del Gobierno presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero . La iniciativa recogía el nombre y parte de las aspiraciones de una de las promesas electorales que el PSOE presentó en las elecciones municipales de 2007 en el municipio de Ponferrada. Aunque aquella propuesta no caló entre el electorado (el PP ganó por amplia mayoría absoluta con Carlos López Riesco), los socialistas insistieron en su propósito y el propio Zapatero se implicó personalmente en ello. Su llegada al poder obligó a revisar el proyecto inicial, hecho que derivó en el diseño de un programa científico y de investigación que contribuiría a convertir al carbón, el principal recurso de la economía de las comarcas del Bierzo y Laciana, en una fuente de energía limpia . Sería el germen de un laboratorio capaz de capturar las emisiones de CO2 -generado en el proceso de combustión de carbón en las centrales térmicas- para producir energía. Como complemento, la fundación se propone convertir dos viejas centrales térmicas existentes en Ponferrada en un gran museo.
Supondrían los ejes principales de la Ciudén. Por un lado, consiguió hasta 180 millones de euros de subvenciones europeas pa ra la implantación de un gran proyecto de captura, transporte y almacenamiento de dióxido de carbono. Contemplaba el establecimiento de una planta de 30 megavatios de potencia en Cubillos del Sil (León) , donde se podría demostrar la validez de la denominada tecnología de oxicombustión. La caldera se encendió en septiembre de 2011 y consiguió sus primeros resultados meses después. Al tiempo, se fueron desarrollando técnicas para el transporte del gas capturado y su posterior almacenamiento en el subsuelo. Para ello, se eligieron acuíferos salinos en la localidad de Hontomín, en el ayuntamiento burgalés de la Merindad del Río Ubierna, donde se ubicó otra planta complementaria.
En paralelo, Ciudén activó los procesos para crear el gran Museo Nacional de la Energía en Ponferrada , con inversiones estimadas en 87 millones de euros. Con esas bases, y con el paso del tiempo, la fundación se reveló como una gran maquinaria, cargada de dinero público del Estado en un tiempo en que el PSOE gobernaba en Madrid. La entidad multiplicó sus actividades en el Bierzo con retos como restaurar las viejas escombreras mineras o recuperar antiguas explotaciones carboneras que podrían tener uso turístico. Y, a partir de ahí, extendió sus tentáculos por la comarca, con programas de desarrollo territorial, convenios con decenas de municipios para propiciar el ahorro energético, un ambicioso plan de comercialización turística, un programa de concienciación sobre el valor de los ríos, plantaciones arbóreas para producir biomasa, respaldo al cultivo del castaño... Tampoco olvidó sus objetivos científicos y firmó convenios para investigar la captura de CO2 en el sector petroquímico o la fabricación de cemento. La Ciudad de la Energía avanzaba como un auténtico transatlántico, pero con una pega trascendental. La promesa inicial de crear hasta 8.500 empleos se había quedado en apenas doscientos. Fue la gran losa que el Partido Popular ponía en evidencia cada vez que tenía oportunidad. Y apostillaba que la mayoría de esos trabajadores habían sido seleccionados por su afinidad al PSOE.
El cambio en el Gobierno Central en las elecciones de 2011, que auparon al poder al PP, propició el súbito parón en las iniciativas de la Ciudad de la Energía. De inmediato, desaparecieron los programas complementarios, con la excusa del necesario recorte del gasto público. Con similar argumento, el Museo de la Energía de Ponferrada se quedó sin uno de sus tres atractivos, el original Bosque del Carbonífero que reproduciría la vegetación existente hace 300 millones de años. De nada sirvió que los árboles ya estuvieran comprados. Y, además, su sede central, en obras, también sufrió una merma importante. El Ministerio de Industria aplicó un drástico ajuste laboral que rebajó la plantilla del organismo a 130 personas. Y la puntilla llegó con el acuerdo de que la Fundación desaparezca y sus activos se dividan.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético, (IDAE) asumiría el proyecto científico de captura de CO2, una iniciativa que parece languidecer, sin garantías claras de continuidad a partir del año 2015, cuando se agotan las actuales ayudas europeas, y sin constancia de que se estén buscando nuevas líneas de financiación. A ello también ha contribuido la decisión de Endesa de no implantar un grupo de combustión limpia de carbón en su central térmica de Compostilla, justo al lado del laboratorio de Ciudén en Cubillos del Sil. Mientras, el futuro del Museo de la Energía sigue en el limbo y no está muy claro qué entidad puede asumir su gestión.
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