Accidente minero en León: «La gota que colma el vaso; va a ser difícil seguir adelante»

El padre de uno de los mineros muertos llegó a la explotación pronto. Al principio no le dejaban ver a su hijo pese a que casi suplicaba entre gritos que le permitieran entrar... Fue llevado a la sala habilitada para recibir a los más allegados, donde los psicólogos les atendían para que pasaran algo mejor el trago más amargo de su vida. Mientras, los compañeros de las víctimas del accidente permanecían de pie, a la gélida intemperie de la montaña leonesa, con el frío calando hasta los huesos y el alma encogida por el dolor. «La puta mina, la puta mina, voy a pegar un petardazo para que se acabe ya», se lamentaba una mujer mientras varios hombres, todos mineros o prejubilados, asentían.

«Hay que estar dentro»

El suceso, que conmocionó a la zona , llega además en un momento «muy delicado» para el sector del carbón. «Es la gota que colma el vaso», apuntaba un minero ya jubilado. En su opinión, esta es «la noticia que nunca quieres oír» y que, además, refleja la «difícil» situación en la que se ha dejado al sector. Herido «de gravedad» tras los recortes, los ERE, las huelgas y también «algunas decisiones del Gobierno». «Sacar carbón cuesta sangre y sudores y esto no siempre se ha tenido en cuenta», lamentaba. «Hay que estar dentro para comprender lo que ocurre», añadía.

El silencio y la incredulidad también reinaban en el ambiente. Los que se decidieron a hablar prefirieron, en su mayoría, mantener el anonimato. «Bastante mal están las cosas ya», afirmaban. Muchos de ellos reconocieron que no entienden qué ha podido pasar, asegurando que las víctimas eran «gente con experiencia y buenísimos mineros». El alcalde de Vegacervera y diputado provincial, Luis Rodríguez Aller , -que fue trabajador de esta mina y en concreto de este grupo- apuntó que se trata de una verdadera «tragedia» y que «desde 1957, que hubo un accidente muy similar, no había ocurrido nada parecido». Por ello, confió en que al menos, sirva para que algo así no vuelva a ocurrir «nunca». «Para mí, que conozco la mina, no cabe en la cabeza que en pleno siglo XXI ocurran estas cosas», destacó.

La crispación también se dejó sentir en el momento en el que se supo que José Manuel Soria el ministro de Industria, Energía y Turismo, , viajaría a León. «Creemos que no dará la cara, pero que venga, que se va a enterar de cómo somos los mineros», señalaba uno de los presentes. «Estamos muy enfadados porque se ha recortado en todo, no se ha querido dar a la minería el papel que se merece y, como imaginábamos, ha tenido que ocurrir una desgracia para que este hombre aparezca», apuntaban.

Otros, con tristeza visible en sus rostros, preferían centrarse en el lado más personal de este trágico suceso. «Aquí lo importante es que han muerto mineros, vecinos y compañeros en muchos casos y que ya no se puede hacer nada para cambiar esto».

Otra de las frases más repetidas durante la jornada de ayer en la mina se refería a l a juventud de los fallecidos , que tenían «entre 35 y poco más de cuarenta años». Muchos acababan de casarse y más de uno tenía hijos pequeños. «La peor parte la sufrirán las familias y los hijos que se quedan huérfanos. Ellos son las verdaderas víctimas», indicaba un ex trabajador de la minería.

El alcalde de Pola de Gordón, Francisco Castañón , subrayaba por su parte «lo injusta y traidora que es la vida en la mina» y lo difícil que va a ser «seguir adelante» después de un suceso que ha supuesto un «auténtico mazazo» para la zona, el sector y los trabajadores en general. «Solo nos queda el consuelo y la solidaridad. Poco más se puede hacer», dijo.

Escritores leoneses

El suceso revolucionó a la sociedad leonesa en general y un grupo de escritores también quisieron expresar su malestar por lo sucedido. En concreto, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Raúl Guerra Garrido y Luis Mateo Díaz , se mostraron «conmovidos» y «conmocionados» ante un hecho que calificaron como «terrible». Del mismo modo, también transmitieron su «enorme pena» porque algo así «siga ocurriendo».

Opiniones como estas reflejan el sentir general en una jornada marcada por el enfado y el malestar. Y es que nadie entiende cómo estas seis personas -entre las que se encontraban un vigilante, varios picadores y un tubero- han podido perder la vida en este «lamentable» accidente.