«Un menor debe crecer en una familia»

-¿Existe un incremento en el número de menores tutelados por la Comunidad?

-Lo cierto es que en el último año hemos incrementado esa cifra en un cinco por ciento, lo que se traduce en que las situaciones en las que el juez decide que el menor debe ser alejado de su familia de origen son cada vez mayores, y por eso no se decide adoptar la figura de protección sino la de tutelaje. Esto ponen de manifiesto que el programa debe seguir en activo porque cada vez hay más menores que lo necesitan.

-¿Prevalece que estos menores estén con familias de cogida o en centros?

-Hace cinco años el 70 por ciento residía en centros, y sin embargo hoy ese mismo porcentaje lo hace en un hogar de acogimiento. Sin embargo, tenemos que seguir difundiendo el programa y que la gente sepa que cualquier familia puede ser receptora de uno de estos menores.

-¿No existe crisis entre las familias que deciden compartir su hogar?

-Lo cierto es que el número ha ido incrementándose, además este programa cuenta con un presupuesto garantizado a través del cual la Consejería proporciona un apoyo económico a cada familia, aunque este no debe de ser en ningún caso el motivo por el que formar parte de este tipo de servicios. Lo más importante es el apoyo que la familia recibe en todo el proceso a través de los técnicos de Cruz Roja, que es con quien tenemos un convenio de colaboración.

-¿Existe suficiente información entre la población acerca del programa?

-Creemos que no y por eso necesitamos a los medios de comunicacion para que reflejen toda la información y que recogan los testimonios de familias que ya han sido acogedoras e incluso de menores que han pasado por este proceso.

-¿Cuáles son las principales garantías que ofrece este programa a las familias acogedoras?

-Sobre todo el apoyo continuo de profesionales, siempre el mismo técnico de referencia, y saber que los contactos con la familia de origen se darán sólo si el profesional lo considera oportuno. Y sobre todo saber que el éxito del proceso es cuando el menor regresa con su familia biológica, con quien se trabaja de forma paralela para que esto sea posible. Las familias de acogida están contribuyendo para que se restablezcan las condiciones necesarias para que el menor regrese a su entorno de origen.

-¿Por qué es mejor vivir en una familia que en un centro?

-Porque aún cuando están absolutamente bien atendidos en los centros ninguna personas se cria en uno, y lo ideal es la normalización de contar con un modelo de familia del que diponemos la mayoría de las personas. El desarrollo futuro del menor está condicionado por las vivencias de su infancia, y esta demostrado que el mejor elemento de desarrollo de un menor es vivir en familia.

-¿Cuál es la media de familias de acogida por menor?

-Suele ser una única familia de acogida gracias a las valoraciones previas tanto de la familia como del menor, salvo en casos muy concretos en menores con problemas muy específicos de convivencia.

-¿Ha conseguido que alguien cercano decidiera convertirse en familia de acogida?

-Lo cierto es que sí conozco a bastantes familias de acogida, pero no sólo yo sino todos los profesionales de la Consejería y que forman parte de este proyecto informamos y tratamos de acercar esta iniciativa a las personas de nuestro alrededor. Cuando crees en algo y sabes que es algo bueno, en este caso para los niños, es algo que motiva a seguir difundiendo el mensaje entre todas las personas posibles. Y esta es la línea de trabajo que vamos a mantener.