El PP se queda sin Ponferrada

La sesión plenaria supondrá la culminación de una semana de tensión política en Ponferrada, en la provincia y también en Castilla y León, en la que se han sucedido cruces de declaraciones y acusaciones de todo tipo. En previsión de que la crispación se pueda trasladar a la calle, la Policía Municipal de Ponferrada y el Cuerpo Nacional de Policía han coordinado un «discreto» dispositivo de seguridad de cara al pleno. Los agentes locales se encargarán de lo que pueda pasar en el interior del salón de sesiones, donde se augura un lleno absoluto. Se trata un acontecimiento político que no tiene precedentes y que además cuenta con el añadido de las divergencias internas surgidas en el PSOE tanto en el de la capital como en el de un buen número de destacados militantes que rechazan este pacto principalmente por firmarse con un grupo liderado por Ismael Álvarez, condenado por malos tratos y enemigo histórico del socialismo.

Mientras, la Brigada de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Ponferrada velará por la normalidad en el exterior de la casa consistorial con el despliegue habitual, en caso de aglomeraciones ciudadanas importantes, para evitar posibles incidentes.

Horas antes de su previsible adiós, Riesco declaró que afronta este trance «con absoluta tranquilidad y la satisfacción de la labor realizada». Al tiempo, garantizó que su grupo va a seguir «trabajando de la manera que sea, en el gobierno o en la oposición. Pero lo que sí tenemos absolutamente claro es que los ciudadanos no quisieron que Samuel Folgueral fuera al alcalde». Riesco insistió en hablar de un pacto «contranatura» y apostilló que las propuestas de gobierno esbozadas por PSOE e IAP suponen una absoluta «falta de respeto a los ciudadanos, falta de rigor y frivolidad».