opinión/babilonia en guagua
Oro parece, «selfie» es
Canarias está en disposición de anunciar que no solo llegará al pleno empleo, sino que además cubrirá las demandas laborales de toda el área geográfica adyacente
gustavo reneses
En estos días azules, hay varios síntomas que nos hacen ver que ya llegó la primavera a la pachamama patria. Si no fuera suficiente la mayor benevolencia de la temperatura y los trinos de los pájaros posados sobre las ramas floridas, los «selfies» anuncian en ... las redes sociales que nuestra actividad ha salido del periodo de hibernación.
Los famosos «selfies» son los autorretratos de toda la vida, que, desde que el presidente norteamericano lo hizo en público y al alimón con el premier británico y su homóloga danesa —a mayor gloria de Michelle—, han causado tal furor que se ha institucionalizado el fenómeno en aras del baifismo internacional.
Con el tema de la autofoto hemos llegado a tal punto de ridiculez, que quien no se haya sacado un «selfie» y no lo haya colgado en la red, merece ser reconocido como un paria digital y condenado al ostracismo hasta la séptima generación. Al igual que las hombreras y los vaqueros prelavados, los selfies pasarán de moda como una ridiculez más de nuestra existencia. Desde luego no se puede negar que esta moda está llamada a cubrirnuestra cuota de egolatría y narcisismo más superlativo.
En nuestro subtropical paraíso, del mismo calibre que el «selfie» viene a ser el estrado en el día del Debate de la Nacionalidad Canaria. Bueno, en otros momentos también. Se trata de un momento de autocomplacencia con trajes para la ocasión y miraditas a la cámara con sonrisa pícara para que cualquier cosa que capten los micrófonos se convierta en esperanza. Obviamente, una esperanza con caducidad en los próximos comicios. Pero eso es lo de menos.
A los miles de empleos prometidos esta vez, y a los que se suman una larga lista de empleos prometidos, Canarias está en disposición de anunciar que no solo llegará al pleno empleo, sino que además cubrirá las demandas laborales de toda el área geográfica adyacente. Con un mandato más, el planeta entero no conocerá la lacra del paro.
Las bucólicas ensoñaciones que se nos muestran desde la tarima de oradores, son como troqueles encolados sobre una superficie que no corresponde con los análisis sociales ni económicos. Ni siquiera con la imagen que dan en los anuncio de promoción turística o en los informativos.
Un «selfie» que atufa a montaje. Un «selfie» que alojado en una red social de contactos rellena el hueco que en la realidad no puede hacer. Un «selfie» en primera plana que oculta un erial descapitalizado. Un «selfie» tan ególatra que niega el retrato del resto de la sociedad dividida sólo en dos clases: la que muerde el tabaco y la que muerde el polvo. Eso por supuesto. La verdad está siempre fuera. Fuera del «selfie», claro está.
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
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