opinión/tierra baja
CC dice «no» a la vida
Lamento que CC califique este proyecto de una «modificación arbitraria, sin sentido, restrictiva y retrógada». Nada que ver, estoy seguro, con lo que siente la mayoría del pueblo canario
Angel isidro guimerá gil
Nadie duda ya de que Coalición Canaria es puro mercantilismo . Así lo dijo Manuel Hermoso, su presidente fundador. Resulta que ahora también es proabortista. Lo que le faltaba a este peculiar nacionalismo folklorista.
El grupo nacionalista (CC) anunció el pasado día 15 que ... pedirá en el Parlamento de Canarias la retirada de la reforma de la Ley del Aborto cuyo proyecto ha aprobado el Gobierno de España. Para Paulino Rivero esta ley supone un «retroceso de 30 años», calificándola su grupo político de «restrictiva y retrógrada, ya que lo único que consigue es atacar los derechos de las mujeres y fomentar la desigualdad».
En suma, como hacen siempre, repiten lo que dice la izquierda radical. En este caso van de la mano del colectivo feminista extremo «Harimaguada», que entiende el aborto como un derecho de la mujer. Dios nos libre.
La realidad es que el aborto no es un derecho en ninguna parte, incluidos los países que mantienen una ley de plazos. Concebir el aborto como un derecho no solo es un disparate jurídico sino que, en última instancia, significaría la institucionalización de la muerte de seres humanos indefensos. ¿Es esto, acaso, lo que pretenden los diputados de Coalición Canaria?
La vida del feto es vida humana y, por tanto, protegible como tal. En consecuencia, una ley de plazos como la aprobada en 2010 (que permite el aborto sin restricciones durante las primeras catorce semanas de gestación), sería abiertamente anticonstitucional y, por ende, contraria al artículo 15 de la Constitución que ampara el derecho a la vida.
La Sentencia del Tribunal Constitucional de 11 de abril de 1985 determina que «la vida del nasciturus (concebido y no nacido), en cuanto éste encarna un valor fundamental —la vida humana— garantizado en el artículo 15 de la Constitución, constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional».
El PP sí cumple en esta ocasión su promesa electoral de modificar la ley del aborto. Lo hace además de una forma avanzada y progresista , es decir, suprimiendo los plazos pero despenalizando siempre, y en cualquier caso, la conducta de la mujer embarazada. El debate sobre este tema se acabaría si el Tribunal Constitucional fallase el recurso que el 2010 interpuso el PP contra la entonces llamada «ley Aído», pero ya conocemos la desesperante lentitud de este alto Tribunal.
Conviene también recordar aquí que en su día, año 2009, unos meses antes de aprobarse la vigente ley del aborto impulsada por Zapatero, cerca de un millón de personas, quizás más, se manifestaron en Madrid contra dicho proyecto. Fue una manifestación por el derecho a la vida. Una manifestación grandiosa en defensa del ser más indefenso de todos. Significó el rechazo social de una mayoría de españoles contra el atentado al valor mas primordial y básico del ser humano . ¿Es acaso este millón de personas, y los que a ellas nos sumamos, a los que califica ahora Rubalcaba de extrema derecha pura y dura del PP?
Lamento que el grupo parlamentario de CC califique este proyecto de una «modificación arbitraria, sin sentido, restrictiva y retrógada». Nada que ver, estoy seguro, con lo que siente la mayoría del pueblo canario. Un pueblo que a través de su historia siempre ha defendido y amparado a los mas débiles y necesitados. ¿Y quién hay, me pregunto, más débil, más necesitado y más indefenso que precisamente el «no nacido»?
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