sociedad
El giro proabortista de CC: del «no» de Mardones y Rivero al «sí» entusiasta de hoy
Los nacionalistas canarios han pasado, pese a la declarada «libertad de conciencia», de una posición en defensa de la vida a una mayoría que estos días se opone a la ley de Gallardón
bernardo sagastume
Lo tratan algunos con discreción y hasta con miedo. Otros, de manera desembozada. Los primeros suelen ser los de la vieja guardia, que normalmente votaban en contra de las legislaciones despenalizadoras. Los segundos, generaciones más jóvenes de dirigentes, que simpatizan con posiciones de izquierda y ... que no tienen tapujos en mostrarse claramente proabortistas.
Es Coalición Canaria (CC) y su posición ambivalente, que oficialmente está declarada como terreno librado a la «libertad de conciencia», pero que a la luz de cómo actúan sus representantes públicos permite advertir un claro giro que la aleja de las posiciones en defensa de la vida.
¿A qué puede atenerse el votante de CC? «Hoy reina en el partido una posición muy mayoritaria en favor del derecho a decidir de la mujer», dice una joven dirigente nacionalista, que adopta la jerga de moda, «made in Cataluña», del «derecho a decidir», también en este asunto. «Si me pregunta sobre un posible cambio, yo le diré que sí, que antes predominaba la posición contraria», reconoce.
Fue en septiembre de 1998, cuando un Paulino Rivero que quizá no soñaba siquiera con gobernar alguna vez junto con el PSOE decidió con su voto una propuesta del grupo socialista en el Congreso de los Diputados. Decidió negativamente, ya que su voto fue el número 173, que permitió frenar la iniciativa despenalizadora del aborto, que reunió 172 votos y una abstención.
«En política no se está a título personal , sino representando a una fuerza política», dice desde la Hemeroteca de ABC el por entonces diputado Rivero, que advertía que, «al margen de cuestiones de conciencia», en aquel debate había «una clara intencionalidad política».
Volvería el PSOE a la carga en la década siguiente, ya en la era zapaterista y con la llamada «Ley Aído», que no solo ampliaba los supuestos sino que permitía que las jóvenes de 16 años evitaran el nacimiento de su bebé sin consentimiento de sus padres. La ley en este caso se sancionó y hoy rige en España, pero se votó sin el apoyo de la diputada de CC Ana Oramas , que a día de hoy, si bien mantiene su posición en contra, se siente incómoda de hablar de ello en público, quizá consciente de que su voz es minoritaria en un partido que experimenta una transformación en esta materia.
«En cada niño que no ha nacido está la cara de Dios», dijo el papa Francisco en una clara objeción al aborto. Un mensaje que a día de hoy parece no calar en CC , que tradicionalmente había ocupado el lugar del voto conservador, especialmente en su isla de origen, Tenerife, donde el PP, por eso, no lograba hacerse un hueco.
Allí estaba Luis Mardones, que en sus 25 años de diputado tampoco había secundado posiciones en favor de la «interrupción del embarazo». Hoy, el panorama es bien diferente y el votante de CC no tendría, en principio, ninguna garantía de que actuasen como antaño lo hicieron Oramas y Mardones.
Para muestra, la fotografía de esta semana, con Fernando Bañolas, único representante de CC en el Cabildo de Gran Canaria, fotografiándose con activistas del aborto y dirigentes de NC y el PSOE —en este caso, la posición es conocida— que apoyarán una moción a presentarse este lunes en la Corporación de la isla, donde atacan la reforma que prepara el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
Bañolas, pese a la «libertad de conciencia», permitió que se emitiese un comunicado que, en nombre de CC , atacaba la iniciativa del Gobierno, que aún no ha pasado por el consejo de ministros.
La votación en el Parlamento de Canarias, en mayo pasado, de una Proposición No de Ley (PNL) en el mismo sentido retrató también el cambio operado en CC sobre esta materia: a la hora de alzar la mano, dos viejos diputados nacionalistas dejaron el hemiciclo para no romper con su negativa la unidad de voto de los suyos.
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