La investigación del «caso Sara Morales» continúa tras siete años de su desaparición

«Eran dos zonas que teníamos delimitadas hace tiempo, donde ya estuvimos en su día realizando una serie de trabajos en colaboración con el Ejército, pero claro, la técnica de este aparato de Georadar nos daba muchas mas garantías, por lo que lo hemos utilizado en dos lugares de búsqueda con resultado negativo, por desgracia», añadió.

En cuanto al caso, el inspector ha señalado que «no está archivado» y que el juez que lo lleva, Alberto Puebla, «está totalmente abierto a las peticiones de la Policía e informado sobre las posibles novedades y conclusiones». «Tanto policial como judicialmente, el asunto está como el primer día, abierto», apuntó. «Seguimos trabajando (aclaró) con las pocas noticias que nos van llegando del asunto. Han pasado siete años y las informaciones se van diluyendo. Junto con las que ya teníamos nosotros, continuamos para ver si llegamos a algún punto».

Fernández Alonso hizo referencia a la relación con la familia de la joven, destacando que «son muy fluidas», ya que, tras tantos años, «van más allá del trabajo». «Son relaciones personales (agregó) y no las puedes dejar en el olvido».

Por otra parte, el grupo que lleva la investigación está compuesto por un total de ocho agentes, de los cuales cinco son los que empezaron con el caso en el año 2006.

Este martes se cumplen siete años de la desaparición de la joven Sara Morales en el barrio de Escaleritas cuando se disponía a quedar con su grupo de amigos en el Centro Comercial La Ballena. Sara, el día de su desaparición, iba vestida con una falda vaquera, un top amarillo de tirantes, unas zapatillas plateadas y sus gafas; por aquel entonces, 30 de julio de 2006, tenía el pelo castaño, piel morena, ojos marrones y medía 1,55 centímetros.