Maspalomas se potencia como sede de congresos

De hecho, el área municipal de Turismo del citado ayuntamiento ha venido trabajando desde hace años para que dicho núcleo turístico –uno de los pocos lugares turísticos de España que se asienta en un hábitat natural privilegiado y que alberga seguramente los mejores y más lujosos hoteles del país–, se convierta en un verdadero enclave, no solo como destino turístico saludable y de ocio, sino como un destino de turismo de congresos.

De hecho, la zona de Maspalomas se ha convertido con el tiempo en una ciudad dedicada al ocio y al relax pero también donde se pueden llevar a cabo todo tipo de negocios y, para ello, nada mejor que exponerlo en un marco –el de congresos–, gratamente beneficiado por un ambiente vacacional y por un entorno natural favorecido por unas excelentes infraestructuras tanto de comunicación, transportes y alojativas, que proporcionan una garantía segura de profesionalidad y éxito a cualquier proyecto; y que se ha visto recompensado por haber acogido grandes eventos y congresos, como la celebración el año pasado del Día Mundial del Turismo. Este hecho constituye, además, una buena forma de diversificar la oferta turística del municipio.

Precisamente, y durante estos días, Maspalomas Costa Canaria ha vuelto a ser noticia en los medios nacionales por haber acogido la XXV edición del Congreso Nacional de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), donde los profesionales del sector aéreo han puesto de manifiesto la situación actual y futura de la profesión; así como han analizado los difíciles acontecimientos por los que tuvieron que pasar ellos y los más de 300.000 pasajeros que se quedaron en tierra a causa del cierre del espacio aéreo español decretado en su día (3 y 4 de diciembre de 2010) por el Ministerio de Fomento y la propia Aena, a causa de los paros llevados a cabo por los propios controladores españoles.

Además de estos hechos, los cuales han venido resolviéndose a su favor en los tribunales, cerrándose incluso diversas causas judiciales y habiendo quedado incluso exonerados de toda responsabilidad por los citados sucesos, se expusieron la necesidad de reforzar su propio código profesional ético-deontológico, así como la de mejorar la calidad de la formación que reciben los propios controladores.