Una viuda, condenada a un año de cárcel por limpiar la cuenta del marido antes de morir

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a una viuda octogenaria a un año de prisión por un delito de apropiación indebida. Considera probado que la mujer «limpió» la cuenta bancaria de su marido poco antes de que éste falleciera, cuando ya había caído gravemente enfermo. Sacó el dinero del banco y se lo quedó, sabiendo de antemano que en el testamento su marido había dejado como heredera única a una hija de su anterior matrimonio.

La condenada, Esperanza M.R., tiene ahora 82 años. Y además de al año de prisión, también se le ha impuesto por sentencia la obligación de entregar a la legítima heredera los 201.000 euros que le correspondían y que no pudo percibir porque la cuenta del banco de su padre fue «limpiada» poco antes de que falleciera.

El hombre se había casado en segundas nupcias con Esperanza M.R. en el año 2001. En 2004 hizo testamento de acuerdo con su nueva esposa. En él dejaba a su hija Laura M.F. como heredera única. Tenía dos hijas más de su anterior matrimonio, pero a ellas les dejó únicamente la simbólica cantidad de un euro, por entender que ambas ya habían sido compensadas con su patrimonio en vida.

El hombre enfermó en 2009 y murió en enero de 2010. Pero cuando la legítima heredera se dispuso a recibir el legado se encontró con que no estaba el dinero.

Ese efectivo correspondía principalmente a lo que su padre había obtenido con la venta de una vivienda que tenía en Oropesa del Mar (Castellón) y de la que era dueño a título privativo. En 2007 se la vendió por 204.344 euros a la hija y yerno de su segunda esposa. Ésta, según da por probado la sentencia, se quedó con ese dinero sacándolo del banco en el que lo había depositado su marido. En marzo de 2009, en prácticamente una semana, sacó del banco algo más de 100.000 euros. Y otros 100.000 euros en noviembre de 2009, dos meses antes de que falleciera su marido.

La sentencia considera también probado que el dinero que sacó la esposa poco antes de que muriera su marido no fue destinado a cubrir supuestos gastos por los cuidados de los que requería su esposa, ya que éstos se atendían con la pensión que él disfrutaba por los años en los que trabajó como piloto de líneas aéreas.