Una pitón anda suelta por Zaragoza

A la serpiente se la ha estado buscando, pero hasta el momento no hay rastro de dónde ha podido ir. Su peligrosidad es reducida. Esta especie no es venenosa, aunque sí constrictora —matan a sus presas por asfixia, rodeándose a ellas y presionándolas—. Pero, dadas sus dimensiones, no supone un peligro real para un humano adulto.

Es el cuarto caso de este tipo que se ha producido en Zaragoza en los diez últimos años, tres de ellos también en estas fechas veraniegas y en dos ocasiones en una zona similar.

El 26 de julio de 2002, los bomberos recogieron una pitón de 80 centímetros de largo y tres de diámetro que apareció en la repisa de una ventana, en un quinto piso de la zaragozana calle de Gabriel Celaya.

Al año siguiente, en el verano de 2003, en el zaragozano barrio de Delicias desapareció de un domicilio una boa de dos metros de largo. Se había escapado del terrario en la que la tenía su dueño. Se la buscó durante días, pero sin resultado.

En enero de 2008, un viandante que iba dando un paseo por las riberas del Ebro, también en Zaragoza, se topó con una boa constrictor de dos metros. Tras dar aviso, agentes forestales del Ayuntamiento la localizaron en un campo de cultivo ribereño, cerca del Club Deportivo Ebro.