TRIBUNALES
El incómodo móvil de Francis Franco
El teléfono fue localizado en la zona en la que se le acusa de ir en un todoterreno que arrolló a un coche patrulla de la Guardia Civil
El sistema de localización que llevan incorporados los teléfonos móviles incomoda a Francis Franco. El nieto del dictador se las está viendo en el juzgado de Calamocha (Teruel), en una causa abierta hace dos años por los supuestos delitos de atentado a la autoridad y contra la seguridad vial.
Él lo niega. Más en concreto, niega que él fuera en el todoterreno que protagonizó el incidente con la Guardia Civil. Afirma que ni siquiera estuvo en ese punto de Teruel el día de autos, sino que estaba en Madrid. El coche sí era de su propiedad —más en concreto de una empresa de la familia—, pero insiste en que no era él ninguno de los dos que viajaban en el vehículo que embistió a un coche patrulla de la Guardia Civil para darse a la fuga.
Por lo que ha dicho su abogado, parece que el argumentario está bien montado. Incluso tienen facturas de un taller de Madrid para reforzar la demostración de que, aquel día, estaba en la capital de España.
El inconveniente es el coche. Pero, más aún, el teléfono móvil. Según ha trascendido, al parecer los investigadores rastrearon el aparato y localizaron que ese día, a esas horas y en la zona en la que se produjo el incidente estaba el celular personal de Francis Franco. Incómoda circunstancia, de confirmarse, porque un coche puede prestarse, pero un móvil es algo menos probable.
Todo depende de que las pruebas se confirmen y de que el juez y las partes cumplan ahora con el trámite de valorar todo lo aportado hasta la fecha, testimonios incluidos. A partir de ahí, en los próximos días, al juez de Calamocha que lleva el asunto le tocará decidir: o archivo de la causa contra Francis Franco —que reclama su abogado defensor— o juicio a la vista.
Los hechos se remontan al 20 de abril de 2012. El lugar: Collados, una pedanía de Calamocha y zona de caza. Un coche patrulla de la Guardia Civil, que estaba allí vigilando —entre otras cosas— que no hubiera caza furtiva en la zona, dio el alto al todoterreno. Era de noche y este vehículo circulaba sin luces.
El todoterreno no atendió el alto de la pareja de la Guardia Civil. Sus ocupantes pusieron pies —ruedas— en polvorosa, y en su apresurada huida arrollaron al coche patrulla varios metros, hiriendo levemente a uno de los agentes.
Uno de los números de la Guardia Civil dice que identificó el interior del todoterreno la cara de Francis Franco. Está seguro de ello, pero si tuviera que certificarlo al cien por cien no podría. Siempre habría un pequeño margen de duda, según reconoce.
Francis Franco dice que él no era, que ni iba en el coche ni estaba aquel día en esos terrenos de la turolense Calamocha. El jueves estuvo declarando ante el juez que instruye el caso en esa localidad. Su abogado afirma que el nieto de Franco, señor de Meirás y marqués de Villaverde, es inocente; que aquel día estaba en Madrid y que lo pueden demostrar, porque testificaría al efecto quien le atendió en el taller al que aquel día dice que había acudido en la capital de España, de lo que —asegura el abogado— también hay factura.
Entonces, ¿quién iba en el coche? Y, de demostrarse que también estaba su teléfono móvil en la zona, ¿quién lo portaba y por qué? Respecto a lo segundo aún no hay respuesta del abogado defensor. Sobre lo primero, sí. Francis Franco dice que aquel día el todoterreno lo llevaba un rumano que trabajaba por entonces para él. Ya no. De hecho, no se sabe por dónde anda el rumano en cuestión. No se le localiza, así que no se ha podido contar con él para testificar en el juzgado y corroborar, o no, la versión del marqués.
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