tribunales
Juicio contra un dentista acusado de arrancar los dientes a una clienta con la que riñó
Él niega las acusaciones, la mujer pide que sea condenado a tres años de cárcel, y el fiscal pide que el facultativo sea multado con 3.330 euros
abc
Esta semana ha quedado visto para sentencia el juicio contra un dentista de Zaragoza acusado de haber arrancado violentamente los implantes dentales que previamente le había colocado a una clienta. Ella dice que lo hizo con ira, contrariado porque habían reñido. Él lo niega y ... afirma que procedió conforme a las correctas prácticas odontológicas.
Lo cierto es que había mediado una fuerte discusión previa. El dentista alega incluso que tuvo que zafarse de la agresividad del marido de su paciente.
La clienta y su marido se quejaron porque, han explicado, el médico les pidió por los implantes 3.710 euros más de lo que les había presupustado. Les había dicho que el tratamiento costaría 6.430 euros, y finalmente elevó la cantidad por encima de los 10.000. Ellos se negaron a pagar ese dinero extra, y ahí se desencadenó la discusión.
A continuación, el médico conminó a la paciente a que se sentara para seguir el tratamiento. Argumenta que le extrajo los dientes implantados porque apreció que se habían movido y que debían ser retirados. Ella, sin embargo, insiste en que no fue por tal motivo sino como represalia por negarle a pagar lo que le reclamaba, y que el odontólogo se empleó violentamente al arrancarle los dientes.
Y todo ello con la hija de esta clienta trabajando en la consulta de este médico. Por entonces (febrero de 2012) estaba contratada por él como recepcionista y, al parecer, eso hizo que el dentista presupuestara el tratamiento por la mitad del precio que tenía en las tarifas, como trato especial.
La clienta dice que el trato, efectivamente, acabó siendo especial, pero no por satisfactorio sino por doloroso. Acusa al dentista de delitos de lesiones, contra la integridad moral y por realización arbitraria del propio derecho. Piden que se le imponga a este facultativo una pena de tres años de prisión. El fiscal rebaja la petición de condena a una mera multa de 3.330 euros, y el abogado que defiende al odontólogo solicita la libre absolución del médico.
El dentista explica que no actuó violentamente, que actuó correctamente tras detectar un fallo en la correcta colocación de los dientes y que si le pidió 3.710 euros más no fue por otra cosa que por cubrir lo que le costaba pagar al protésico que suministró los implantes.
Entre quienes han testificado en el juicio figura una higienista dental que por entonces también trabajaba para este odontólogo. Según ella, no fue normal la forma en la que el dentista arrancó los implantes a esta clienta, «a golpe limpio».
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