El crimen de Fago, recordado con un premio

Este minúsculo pueblo anclado en pleno Pirineo aragonés, a un paso de Francia, saltó a la crónica negra de España el 12 de enero de 2007. El cuerpo de Miguel Grima apareció muerto al pie de la tortuosa carretera que llega hasta Fago. Regresaba de una reunión del consejo comarcal y el forestal Santiago Mainar le segó la vida agazapado, esperándole, con una escopeta de postas cargada. Entre Grima y Mainar hubo una estrecha amistad que se tornó en disputa con el paso del tiempo. Sus rencillas se escenificaron también en la arena política cuando Grima se presentó a alcalde por el PP y Mainar le hechó un pulso alistado al PSOE. Ganó Grima.

El ambiente enrarecido acabó dividiendo al escaso vecindario formado por propios, los que viven todo el año, y por esporádicos que acuden a temporadas.

Mainar cumple condena. En 2009 fue declarado culpable por la Audiencia de Huesca. Desde la cárcel, podrá enterarse de que su víctima sigue siendo recordada, ahora con una distinción oficial, el título de «Bastón Honorífico». Es el galardón que el año pasado instituyó el Gobierno aragonés para premiar a alcaldes que se destacaran por su dedicación. El primero de estos «Bastones Honoríficos» ha decidido que lo reciba Grima a título póstumo.

Eso sí, también esto genera disputa en la arena política regional. El PSOE ha declarado su boicot a estos premios. No por Grima, no por Fago. Dicen los socialistas que por los recortes presupuestarios que el Gobierno del PP aplica en los ayuntamientos y por la reforma de la Ley de Administración Local que sobrevuela y de la que el PSOE ha hecho uno de sus arietes contra los populares.

Además del «Bastón Honorífico» al que fuera alcalde de Fago también se concederán por vez primera los otros galardones institucionalizados en Aragón para distinguir a ediles: las «Bandas Honoríficas». Ni uno ni otras llevan aparejada retribución económica alguna.

A la par que el Gobierno aragonés ha decidido otorgar el primer «Bastón Honorífico» a Grima, ha concedido las nueve primeras «Bandas Honoríficas» a otros nueve alcaldes en activo, los de las localidades de Banastás, Bielsa, Libros, Moscardón, Alcalde de Alforque, Épila, Mainar (curiosamente la localidad que tiene el apellido del penado de Fago), Plasencia de Jalón y Sigüés. Todos ellos reciben estas «Bandas Honoríficas» por llevar más de nueve años como alcaldes. Ese ha sido el salomónico criterio elegido por el Gobierno autónomo para repartir estas distinciones.

Tres de los alcaldes galardonados son del PSOE, los de Bielsa, Épila y Alforque. Pero su partido ha dicho que no acudirán a recoger las distinciones. Portazo y media vuelta. La expliación oficial que da el PSOE: «el autoritarismo del Gobierno de Aragón, su hipocresía y la falta de respeto a los municipios al anunciar una distinción protocolaria a los alcaldes mientras se les recorta gravemente la financiación y se les pone en la picota con la nueva ley de reforma local», según reza el comunicado hecho público por este partido y suscrito por el secretario de Política Municipal del PSOE aragonés, Juan Antonio Sánchez Quero.