RELIGIÓN
San Valentín, el obispo casamentero
Martirizado en el siglo III, no dudó en arriesgar su vida para unir parejas en matrimonio
R. P.
San Valentín fue un obispo que se entregó fervientemente a administrar el sacramento del matrimonio. De ahí que la tradición y la fe lo hayan convertido en patrón de los enamorados.
Su historia se remonta casi dos mil años atrás. Corría el siglo III cuando ... San Valentín ejercía como prelado en la actual Terni, en la región italiana de Umbría. Allí confesó su fe cristiana y no dudaba en acudir a casar parejas en secreto, eludiendo la persecución del emperador de turno. Sufrió la represión de Claudio II y la de su sucesor, Aurelio, bajo cuyo mandato fue encarcelado y asesinado a manos de un soldado que lo degolló.
Durante su cautiverio, cuenta la tradición católica que San Velentín conoció a la hija de su carcelero, Julia, que era ciega de nacimiento. El obispo le instó a que perseverara en la fe y la joven, tras conseguir tocar al cautivo, logró ver mientras pregonaba su fe. Dice la leyenda que la muchacha, después de que el obispo fuera asesinado, plantó sobre su tumba un almendro de flores rosadas.
Sus restos reposan en la basílica de Roma que se levantó dedicada a él, aunque su esqueleto no está completo porque fue fragmentado para llevar reliquias a diversos puntos del mundo. Dos de ellas reposan en Aragón, en Calatayud y en el pequeño municipio de Tobed.
San Valentín, el obispo casamentero
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete