Tobed, el pueblo donde el patrón es el amor

Y, como se viene haciendo desde hace siglos, este jueves el pueblo festejó por ello: misa, procesión con la imagen del santo por el pueblo, roscones colgando de su peana y reparto de estos dulces entre los asistentes.

En Tobed tienen la ocasión de encomendarse al santo venerando sus reliquias. Una porción del esqueleto de San Valentín reposa en la iglesia de este pueblo desde hace casi cuatrocientos años. Lo llevaron allí los caballeros del Santo Sepulcro, a cuya orden pertenecía este municipio. Formaba parte de las tierras que eran administradas desde Calatayud por esta orden de caballería, que sigue teniendo en la ciudad bilbilitana, en su monumental colegiata, su Casa Matriz española, la, por así decirlo, «sede central» de los dos lugartenencias (demarcaciones) que se corresponden con la antigua división de los reinos peninsulares: el capítulo de Aragón y el de Castilla.

Fueron precisamente caballeros del Santo Sepulcro los que, en año 1638, llevaron desde Roma hasta Calatayud las reliquias de San Valentín, unos huesos del esqueleto de quien fuera obispo de la actual Terni, en la región italiana de Umbría. Y, de esas reliquias que llevaron hasta Calatayud, una porción la llevaron a Tobed.

En el caso bilbilitano, el día de los enamorados también es especial en la Colegiata del Santo Sepulcro. Las reliquias que conserva esta colegiata bilbilitana reposan en un relicario del siglo XVII, realizado en madera de ébano, que durante todo el año está en una de las capillas del templo. Pero este jueves, como cada 14 de febrero, se sacan a venerar ante los fieles en el altar mayor, coincidiendo con la misa dedicada al patrón de los enamorados.