Las «miniuvas», para los que se atragantan con las doce campanadas

Según explica la directora comercial de la firma radicada en la localidad alicantina de Monforte del Cid, Estrella Miralles , se trata de «un formato innovador pensado para acabar con los problemas que muchos tienen al tomarse las uvas». Dice Miralles que «son para todos aquellos que no queremos atragantarnos , que nos dé tiempo, que nos tomemos las doce... e incluso para los niños».

Esta, en cualquier caso, es solo una de las múltiples presentaciones que ofrece la empresa alicantina para las tradicionales doce uvas. La firma, que acaba de protagonizar una campaña solidaria -con la entrega de 20.000 bolsitas de uva al banco de alimentos de Alicante-, cuenta con decenas de formatos distintos, entre los que destacan las uvas recubiertas de oro.

Las doce uvas de la suerte son una tradición más que centenaria en España. Habitualmente se admite como origen una extraordinaria cosecha de uva a principios del siglo XX, que obligó a los agricultores a inventar esta curiosa manera de promocionar su consumo.

No obstante, el presidente de la Denominación de Origen de la Uva Embolsada del Vinalopó (que es la que acaba en nuestras mesas cada Fin de Año), José Bernabéu , ha explicado a Efe que, según sus investigaciones, el origen es aún anterior: a finales del XIX, la población madrileña empezó a tomar doce uvas en la Puerta del Sol para burlarse de la aristocracia -que la consumía en casa como acompañante de los vinos espumosos, una tradición francesa- y para rebelarse contra un bando municipal que prohibía las aglomeraciones en la calle.