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VIDAS EJEMPLARES

Pese a todo

No pasa nada por aparcar un día el autoodio y el fatalismo

Tras aterrizar en la suntuosa T4 de Madrid y atravesar sus inacabables pasillos, llegas al lugar donde se toman las escaleras mecánicas que conducen a la recogida de equipajes y a la salida. Pero aquel día la puerta habitual estaba cortada por una cinta de ... plástico. Frente a ella, un fogoso guarda jurado hacía aspavientos con un brazo y vociferaba lo siguiente a los viajeros: «¡Pa la izquierda, señores, la baguet, pa la izquierda!». Pero no se trataba de que yendo la izquierda te regalasen baguettes de pan. Qué va. Lo que ocurría es que el segurata estaba haciendo un ímprobo esfuerzo políglota y decía en inglés la palabra «equipaje» («baggage»), aunque le saliese más bien una barra de pan gabacha.

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