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EL BURLADERO

Comité de Actividades Anticatalanas

Bien harían los sectarios miembros del CAC en observar las emisiones más vitriólicas de los medios oficiales de la Generalitat

Carlos Herrera

No soportan la más mínima crítica. Es consustancial a los nacionalistas que pueblan los patios de vecindad autonómica de España. Enfoques como enfoques la discrepancia, hay un resorte indeterminado que les hace hervir la sangre intolerante con la que riegan los intestinos con los que ... discurren. La discrepancia con los fines y los métodos del nacionalismo periférico tiene un precio que hay que asumir: ser acusado de propagador de odio, ser centro de dianas violentas de individuos que coquetean excesivamente con viejos pogromos bien conocidos en la Europa reciente. Todo está permitido en la defensa de identidades exclusivas y discriminatorias; nada en la lucha por la denuncia de la sinrazón de los nacionalismos más cerriles. La creación del CAC, el Comité de Actividades Anticatalanas disfrazado de regulador mediático fue en su día motivo de inquietud y sospecha: siendo quienes eran sus promotores, impulsores del periodismo de la Editorial Única, era cuestión de días confirmar sus tendencias manipuladoras y sus enjuagues vergonzosos con el poder. Recientemente han confeccionado una lista de periodistas al objeto de que la Generalitat tuviese base argumental con la que proceder contra grupos editoriales determinados, incluidos aquellos que ni siquiera tienen cobertura en Cataluña. Alegan ser víctimas de comparaciones odiosas e injustas tales como ser equiparados a los nazis alemanes que asolaron Europa. Comparto el desacuerdo: los nacionalistas catalanes no me parecen nazis, de serlo les tendríamos miedo y, lo lamento, lo que producen es una mezcla de ira y bochorno. No obstante creo que ni Hermann Terstch ni Gabriel Albiac, por ejemplo, individuos dotados de un fuste intelectual y deductivo muy por encima de sus teóricos oponentes, apenas unos cretinos charlatanes como Joan Tardá o Santiago Espot, han pretendido otra cosa que alertar de procesos históricos que guardan similitudes inquietantes.

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