PECADOS CAPITALES
La nueva Maleni
Cuando recordábamos a Magdalena encabritándose contra todos, ahora parece haberse tragado a Koffi Anan
Mayte Alcaraz
Un día me contó Rajoy un sucedido con una política de lengua larga y educación corta. Era otoño de 1996, cuando el hoy presidente era ministro de Administraciones Públicas y asistía a la Comisión de Política Financiera. «Apague su puro, inmediatamente», le espetó, desabrida, la ... protagonista de esta historia al entonces ministro de Aznar. Al imperativo le siguió un discurso de aquella consejera autonómica andaluza, displicente, insultante y crispado. Amén de falaz. Rajoy no lo ha olvidado. Ni nadie que haya trabajado con ella. Pero le sirvió para echar raíces en el régimen socialista andaluz. De aquel alboroto, Magdalena Álvarez Ariza tan solo salió con un rasguño en forma de apodo burlón: lady Aviaco. Allí nació una estrella que el firmamento zapaterista consagraría como la peor ministra de Formento de la historia de España.
Y es que el día en que Magdalena Álvarez salió cuasi ilesa del escándalo de los 444 vuelos gratis que había solicitado a Aviaco en su calidad de consejera de la citada compañía, su entonces jefe y responsable de su inexplicable continuidad, Manuel Chaves, sentenció: «Maleni está hecha de hormigón». Un socialista que había presidido una comunidad autónoma le contestó: «Fundamentalmente la cara, Manolo».
Su ejecutoria no ha decepcionado. Hace pocas horas que la juez Alaya, mujer seria, rigurosa, hierática, tuvo que verse las caras con otra forjada en hormigón y nadería. La antaño cascabelera socialista que apenas lograba trenzar una frase que no preñase de insultos al adversario se ha tornado funcionarial y administrativa. Maleni dictó ante la magistrada una «master class» de derecho administrativo, aprendido en el Banco Europeo de Inversión, adonde la rueda de la fortuna zapateril la mandó como premio por arruinar las infraestructuras españolas.
Curiosa transformación. Media vida creando problemas, destilando una bronca de cada intento de acuerdo, sembrando desastres por donde pasa, y ahora que tiene que rendir cuentas sobre el escándalo de los ERE, parece haberse tragado a Koffi Anan. Las clases de inglés y buenos modos que se paga con los 22.963 euros mensuales que cobra parecen haber obrado milagros a la vez que borrado la memoria de la exministra. Mientras insultaba a Rajoy y a todo el que le hacía frente, Maleni no reparaba en que parte del Gobierno andaluz del que era ruidosa consejera chapoteaba en un ambiente sórdido, donde los sobres, las prostitutas y la cocaína convivían con los fajos de billetes «para asar una vaca».
Lástima que Alaya no se haya creído la sospechosa desmemoria de una socialista cuya nulidad gestora era inversamente proporcional a su olfato político para detectar problemas y enfangarse hasta los codos. Así se lo ha recordado en su auto: Álvarez es «una de las promotoras, en connivencia con otros», del procedimiento irregular de los ERE. Y Alaya no fuma puros.
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