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VIDAS EJEMPLARES

Democracia exprés

El bombardeo de Siria solo servirá para aliviar nuestras conciencias

IMPOSIBLE discrepar. En el año 2001 sobraban razones para que Occidente (Estados Unidos) acometiese una intervención quirúrgica en Afganistán. Era la guarida de Bin Laden, el asesino que había elevado el terrorismo al clímax del espanto. Gobernaban los talibanes, unos iluminados al frente de una teocracia sanguinaria y medieval. Las mujeres sufrían vejaciones neolíticas, enjauladas en sus burkas azules. Afganistán era además el vivero de opio del planeta.

Tras una guerra, miles de vidas tronzadas e incontables millones invertidos en esfuerzo bélico y filantrópico, estamos en el 2013. Bin Laden vivía en Pakistán, probablemente con la connivencia de sus militares y servicios secretos, financiados por Estados Unidos como tapón frente al yihadismo. Afganistán padece una guerra civil. Occidente asume que aquel carajal no tiene cura y está haciendo el petate. El régimen títere y corrupto de Karzai caerá en cuanto los americanos se den la vuelta. Los talibanes volverán a mandar. Las mujeres seguirán enjauladas en sus burkas (en parte, porque muchas lo prefieren por razones culturales). El opio va viento en popa y es, como siempre, la única industria que funciona en aquel anti-país. Regreso a la casilla de salida.

Imposible discrepar. Sadam Husein era un dictador psicótico, que mantenía a Irak subyugado a sangre y fuego. Matanzas. Torturas crudelísimas. Arrebatos genocidas (gaseó a más de cinco mil kurdos en Halabja). En el 2003, el Gobierno de Estados Unidos, un país que merece todo el crédito, añadió nuevos cargos contra Sadam: poseía un pavoroso arsenal de armas de destrucción masiva y no era ajeno al terror de Al Qaida. Sobraban razones para que Occidente (EE.UU.) depusiese al tirano e instaurase una democracia parlamentaria. En 40 días se ganó la guerra. Sadam fue capturado, juzgado y colgado. En el 2005 se aprobó la constitución del Irak democrático, parlamentario y federal y se celebraron elecciones libres. Balance en 2013: Irak arde en una guerra civil entre suníes, chiíes y kurdos. Los atentados con 30 muertos ya no se publican ni en breves. Las armas de destrucción masiva nunca aparecieron. La relación con Al Qaida no ha podido ser probada.

Bashar al Assad, bajo su porte flemático y british , es un carnicero, capaz de gasear a mujeres y niños. Merece un castigo y Occidente (Estados Unidos) se lo aplicará. Una semana de bombardeos aliviará las conciencias. Luego caerá y arrancará una guerra civil crónica y pronto olvidada. A Occidente le costó tres siglos construir el delicado ensamblaje de sus democracias parlamentarias. Hace solo 70 años, los europeos todavía estábamos enzarzados en una guerra contra el totalitarismo, que costó mas de 30 millones de vidas en el continente. Ahora pretendemos construir democracias exprés con siete días de misilazos sobre estados púberes, donde no existe cultura de respeto por las libertades, ni seguridad jurídica, y donde una amalgama de pueblos que se detestan malvive tras una frontera artificial. La paradoja, tremenda, es que aun así existe el deber moral de intentarlo... ¿Seguro?

Democracia exprés

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