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EL ÁNGULO OSCURO

El arbitrio del Estado federal

Antes de que se derrumbe definitivamente el trampantojo hay que inventarse otro

Juan Manuel de Prada

Nuestros clásicos ya nos advirtieron contra la figura del arbitrista, que tal vez sea después del pícaro el tipo degenerativo humano de más honda raigambre española. Aunque, bien mirado, el arbitrista no es sino el pícaro con ínfulas, que en vez de sablear al vecino ... aspira a sablear al príncipe (hoy diríamos Estado).

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