La violencia en las manifestaciones ecologistas en Francia deja más de un centenar de heridos
En las protestas contra el proyecto gubernamental para construir 16 embalses, 61 gendarmes y 30 manifestantes han resultado heridos, según los balances provisionales
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Giro violento de la contestación ecologista en el corazón de Francia. Las manifestaciones de la tarde del sábado en Saint-Soline (Deux-Sèvres) terminaron a primeras horas de la noche del sábado con el balance de 61 gendarmes y 30 manifestantes heridos de cierta gravedad.
Ecologistas de distinta sensibilidad y un sindicato agrícola radical contestan el proyecto gubernamental de construir 16 embalses, con capacidad de 650.000 metros cúbicos de agua, destinada a más de 400 explotaciones agrícolas del centro y el oeste de Francia.
Tras varios meses de tensiones y manifestaciones, las protestas cobraron la tarde del sábado un tono muy violento, que terminó en batalla campal entre unos 7.000 ecologistas mayoritariamente radicales y un impresionante servicio de seguridad: 1.700 soldados y antidisturbios, apoyados con seis helicópteros y numerosos cañones de agua.
Temiendo el riesgo de enfrentamientos, tras varias semanas de manifestaciones y varios meses de contestación de fondo, el ministerio del Interior decretó la prohibición de las manifestaciones del sábado.
Pedradas, cócteles molotov y estacazos
Al final de una manifestación pacífica pero tensa, grupúsculos de ecologistas radicales se dirigieron a las vallas metálicas que intentan preservar los trabajos en uno de los embalses en construcción. Comenzó la batalla.
Cuando las unidades militares y antidisturbios ordenaron en vano el desalojo de los terrenos 'invadidos' por los ecologistas, los manifestantes respondieron a pedradas, cócteles molotov y estacazos. Las fuerzas del orden respondieron enérgicamente, con cañones de agua, gases lacrimógenos y disparos con balas inmovilizantes. Los ecologistas resistieron a estacazo limpio. Balance provisional, a primeras hora de la noche del sábado: 61 gendarmes y 30 manifestantes heridos de cierta gravedad.
Se trata de una novedad quizá significativa en el movimiento ecologista y de 'resistencia' contra la política ecológica, a su manera, del Gobierno de Emmanuel Macron.
Dos modelos agrícolas, dos modelos ecológicos
La batalla campal de Saint-Soline (Deux-Sèvres) anuncia un enfrentamiento de fondo entre dos modelos agrícolas, dos modelos ecológicos y productivos, distintos y enfrentados a fondo.
El Gobierno y la Federación Nacional de Explotaciones Agrícolas (FNSA) defienden, en el centro y el oeste de Francia, la construcción de embalses de nuevo cuño, con el fin de facilitar una explotación agrícola «más racional», ecológica, a su manera.
La Confederación campesina (CC, sindicato agrario minoritario), La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) y Europa Ecología Los Verdes (EELV) denuncian esos proyectos, estimando que son «inútiles» y «solo favorecen a los grandes propietarios».
El enfrentamiento violento entre esos dos campos es una primicia novedosa, potencialmente inflamable.
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