El Supremo de EE.UU. se muestra escéptico ante el intento de vetar a Trump en las presidenciales

Tanto los jueces considerados conservadores como los centristas expresaron dudas sobre la decisión de la Corte Suprema de Colorado, que en diciembre de 2023 decidió que el expresidente no puede presentarse. Es la primera vez que la máxima instancia judicial norteamericana decide sobre la decimocuarta enmienda de la Constitución estadounidense, que prohíbe a cualquier persona que haya participado en rebelión o insurrección contra los EE.UU. ocupar ciertos cargos públicos federales o estatales.

La juez progresista Elena Kagan llegó a preguntar a los abogados que defienden la decisión de Colorado por qué un solo estado, de los 50 de la unión, debe decidir quién se presenta a un cargo federal como es el de la Presidencia. El presidente de la Corte, John Roberts, dijo abiertamente que si se veta a Trump, «se reducirá a solo un puñado de estados los que decidirán la elección presidencial. Esa es una consecuencia bastante intimidatoria».

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Fue una de las muchas dudas de sus señorías, que analizaron con detalle la forma en que está escrita la enmienda, si se aplica solo a un mandato o dos, si Trump podría volver a presentarse en cuatro años, entre muchas otras dudas.

Lo minucioso del interrogatorio obedece al hecho de que este caso puede acabar decidiendo las elecciones del 5 de noviembre. Tampoco es la primera vez que el Supremo tiene la llave a la Casa Blanca: en 2001 falló a favor de George W. Bush, le declaró ganador en Florida y le permitió ser presidente en su primer mandato.

Un punto central del interrogatorio fue si a Trump se le puede considerar insurrecto o no. El expresidente tiene cuatro causas abiertas con más de 90 cargos por la vía penal, y dos de ellas tienen que ver con intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020 para perpetuarse en el poder. Aun así, de momento no tiene una condena firme por participar en rebelión alguna.

El abogado de Trump, Mitchell, argumentó que es responsabilidad del Capitolio, sede del legislativo, determinar si un candidato debe ser descalificado, por lo que incluso si un candidato admite ser un insurrecto, los estados no tienen posibilidad de actuar. «Aunque el candidato sea un insurrecto confeso, la enmienda aún permite al candidato postularse para un cargo, e incluso ganar la elección para el cargo, y luego ver si el Congreso levanta cualquier veto después de las elecciones», dijo Mitchell en respuesta a una pregunta del Presidente de la Corte Suprema, John Roberts.

Esta demanda la presentaron seis ciudadanos de Colorado, como hicieron otros votantes en diversos estados de la unión. En el sistema electoral norteamericano el presidente no es elegido por voto directo, sino por medio del colegio electoral. Cada estado tiene una serie de votos —en el caso de Colorado son 10— y un candidato debe obtener 270 para poder ganar la presidencia.

Esta es una Corte conservadora, a tres de cuyos nueve integrantes los nombró el propio Trump en sus cuatro años de mandato. Ya en 2001 el Supremo permitió a George W. Bush ascender a la presidencia al declararle ganador en Florida.

Las primarias en Colorado tendrán lugar el 5 de marzo, un día que tradicionalmente se conoce como «supermartes», porque en él vota una gran cantidad de estados. Las papeletas ya se han imprimido, y en ellas aparece de momento el nombre de Trump. De momento, el expresidente ha ganado todas las primarias en las que se ha presentado, y la decisión del Supremo, que puede llegar de forma inminente, es el último trámite para poder declararse formalmente candidato a la presidencia.